El tribunal penal de Minia (sur de Egipto) condenó hoy a muerte a 183 supuestos seguidores de los Hermanos Musulmanes, entre ellos el líder de la cofradía, Mohamed Badía, por disturbios y actos de violencia en esa provincia el pasado agosto.
Según informó la agencia estatal de noticias Mena, otros 496, sobre un total de 683 acusados, fueron absueltos, mientras que cuatro personas recibieron una sentencia a cadena perpetua.
Alrededor de 120 acusados se encuentran en prisión preventiva por el asesinato premeditado de un policía, mientras que el resto fueron juzgados en rebeldía.
Según dijeron fuentes judiciales a Efe, los acusados que son procesados en ausencia se exponen a penas mayores, que luego pueden ser revisadas si finalmente comparecen ante el tribunal.
Los juzgados estaban acusados de homicidio, intento de asesinato, robo, uso de la fuerza, ataque contra instalaciones públicas en multitud, provocar incendios y posesión de armas de fuego sin licencia.
La corte, presidida por el polémico juez Said Yusef Sabri, emitió su veredicto definitivo tras recibir el dictamen no vinculante del muftí de Egipto, Shauki Alam, a quien envió un fallo preliminar con 683 condenados a muerte en abril para que éste emitiera su opinión, como es preceptivo en la ley egipcia.
Los allegados de los procesados, que esperaban a las puertas del tribunal, reaccionaron con estupor a las sentencias, confundidos por las diferentes versiones que ofrecían los abogados de los inculpados a la salida de la sesión, según dijeron a Efe testigos presenciales.
Los hechos se remontan a agosto pasado, cuando una ola de violencia sacudió la aldea de Al Adua, en la provincia de Minia, tras el desmantelamiento de las acampadas en las plazas cairotas de Rabea al Adawiya y Al Nahda, donde los islamistas protestaban por la destitución militar de Mohamed Mursi.