El volcán islandés Bárdarbunga registró hoy un terremoto de magnitud 5,7 en la escala de Richter, la mayor registrada en diez días de actividad sísmica, pero no hay signos de erupción inminente, informó la Oficina Meteorológica de Islandia (IMO, por sus siglas en inglés).
El terremoto fue localizado en la parte norte-noroeste de la caldera del volcán, a 6 kilómetros de profundidad.
La mayor parte de la actividad del Bárdarbunga, que continúa siendo "alta", se concentró en las últimas horas junto al borde del glaciar Dyngjujökull y el dique volcánico sigue desplazándose hacia el norte y alejándose de la zona cubierta por hielo.
El último parte de las autoridades islandesas destacó que no se han detectado signos de tremores armónicos, microsismos debido al movimiento del magma que son considerados clave para definir los estados de alerta volcánica.
Los expertos del IMO manejan tres escenarios posibles: que pare el desplazamiento de magma y se reduzca progresivamente la actividad sísmica; que haya una erupción en el borde del dique volcánico, fuera del hielo; o que ésta se produzca debajo del glaciar.
El primer tipo de erupción ocasionaría probablemente una gran emisión de lava pero con producción de ceniza limitada, mientras que la otra provocaría inundaciones "y quizás actividad explosiva y producción de ceniza".
Las autoridades mantienen el nivel de alerta naranja para la aviación sobre la zona, tras subirlo temporalmente a rojo hace dos días debido a lo que se creyó era una erupción subglacial; así como la evacuación en el área al norte del glaciar Vatnajökull, bajo el que se encuentra el volcán, y el cierre de carreteras próximas.
La evacuación de turistas fue ordenada hace casi una semana como medida preventiva ante una hipotética erupción que haría imposible evacuar a tiempo una zona donde no hay residentes permanentes.
El Bárdarbunga, uno de los volcanes de mayor tamaño de Islandia, no entra en erupción desde hace más de un siglo.
La erupción de otro volcán islandés, el Eyjafjallajökull, paralizó el tráfico aéreo europeo durante varias semanas en 2010 al extenderse la nube de ceniza por todo el continente.
El problema se reprodujo a menor escala un año después con la erupción del Grimsvotn, el volcán más activo de Islandia, aunque en este caso sólo hubo restricciones parciales unos días en este país nórdico, Reino Unido, Alemania y Escandinavia.