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Zapatero cambia ?de ritmo? y deja la crisis en manos de Salgado

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, remodeló ayer su Ejecutivo para imprimir ?un cambio de ritmo? a la lucha contra la crisis económica y fomentar la cohesión territorial, misión que liderarán como nuevos vicepresidentes Elena Salgado y Manuel Chaves.

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  • Elena Salgado. -
El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, remodeló ayer su Ejecutivo para imprimir “un cambio de ritmo” a la lucha contra la crisis económica y fomentar la cohesión territorial, misión que liderarán como nuevos vicepresidentes Elena Salgado y Manuel Chaves. 

Además de Chaves, se incorporan al Gobierno el vicesecretario general del PSOE, José Blanco (ministro de Fomento); la hasta ayer secretaria de Estado para Iberoamérica, Trinidad Jiménez (Sanidad y Políticas Sociales); el presidente de la Conferencia de Rectores, Ángel Gabilondo (Educación); y la directora de la Academia del Cine, Ángeles González-Sinde (Cultura). 

Tras comunicar la remodelación al Rey, Zapatero compareció ante los medios en La Moncloa para hacer públicos los nombres de los nuevos ministros, que ya por la tarde prometieron sus cargos ante Don Juan Carlos en el Palacio de La Zarzuela. 

Apenas un año después de formar Gobierno tras las elecciones generales, Zapatero reformó su gabinete para contar con un equipo “fuerte, activo y con gran experiencia política”, que será capaz de afrontar el contexto político y la situación económica “con un nuevo impulso y mayor fortaleza”, según explicó a los medios. 

El objetivo es triple: recuperar la economía y el empleo para “vencer la crisis cuanto antes” y preparar la recuperación, fortalecer la cohesión social y territorial, y abordar las reformas necesarias para lograr un modelo de crecimiento “más sólido”. 

“Ésta será la guía que enmarcará nuestra gestión para lo que resta de legislatura; para eso he conformado un nuevo equipo, un Gobierno fuerte para ganar el futuro”, manifestó. 

Zapatero agradeció la tarea de los ministros salientes –Magdalena Álvarez, Mercedes Cabrera, Cesar Antonio Molina y Bernat Soria– y reconoció especialmente el trabajo de Pedro Solbes, cuyo relevo, dijo, fue una “decisión compartida”. 

La vicepresidenta primera, Fernández de la Vega, permanece en su puesto encargada de la coordinación política del Gobierno, y tras ella sube peldaños otra mujer, la hasta ayer ministra de Administraciones Públicas. 

Zapatero esgrimió la “acreditada capacidad de gestión” de Salgado para situarla en un puesto clave en un país en recesión y le encomienda la tarea de garantizar, con la colaboración de comunidades autónomas y ayuntamientos, que los recursos públicos invertidos rindan al máximo. 

“Si todos estamos en lo mismo, que es superar la crisis, todos tenemos que estar a lo mismo”. 

La Vicepresidencia Tercera la ocupará el hasta ayer presidente andaluz, Manuel Chaves, nombrado ministro de Política Territorial. 

A su juicio, no hay “nadie mejor” que quien ha dirigido la mayor comunidad de España durante casi veinte años para realizar un trabajo que exige respeto al Estado de las autonomías, capacidad de negociación política para desarrollar los estatutos y una contrastada experiencia. 

El carácter político del nuevo Ejecutivo se refuerza con la entrada de Chaves, presidente del PSOE, y también con el nombramiento como ministro de Fomento de José Blanco, que finalmente sale de las quinielas para hacerse cargo de una cartera. 

El jefe del Ejecutivo también premió la lealtad de Trinidad Jiménez con el Ministerio de Sanidad y Políticas Sociales y destacó su “capacidad política y sensibilidad social” para entregarle la cartera. La remodelación supone devolver la política universitaria al Ministerio de Educación, bajo la batuta de Ángel Gabilondo. 

Zapatero justificó este cambio en la necesidad de aplicar el proceso de Bolonia y en la trayectoria profesional del propio ministro, pero también reconoció que se pudo equivocar al incluir las universidades en el Ministerio de Ciencia e Innovación. 

Una de las mayores sorpresas ha sido la elección de González-Sinde como ministra de Cultura, encargada de proyectar el trabajo de los creadores españoles en el exterior. El Gobierno continúa con 17 ministerios, pero Zapatero consideró que la austeridad se demuestra en el gasto y no en el número de departamentos. 

No habrá finalmente el anunciado Ministerio de Deportes, aunque el Consejo Superior de Deportes estará en Presidencia del Gobierno, donde Jaime Lissavetzky continuará como secretario de Estado.

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