La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, afirmó a la cadena británica BBC que es "víctima inocente" de la actual crisis en su país y aseguró que "luchará" ante un posible juicio que lleve a su destitución del Gobierno.
"Sí, creo ciertamente que soy una víctima. Y por supuesto, soy inocente. Y, al mismo tiempo, soy una víctima inocente", insistió Rousseff.
El Senado brasileño tiene que decidir si comienza el juicio contra ella la semana próxima en relación con acusaciones de manipulación de cuentas del Gobierno, algo que la presidenta niega.
"Lo que nosotros en el Gobierno creemos y lo que mis seguidores creen es que el continuo proceso de 'impeachment' es ilegítimo e ilegal", agregó la presidenta, que considera que su posible enjuiciamiento está basado en "una mentira".
"Lo que vamos a hacer es resistir, resistir y resistir. Y, más aún, luchar para asegurar que salimos victoriosos (...) y volvemos a asumir el poder", agregó.
La presidenta consideró que no se hicieron "esfuerzos suficientes" para combatir la corrupción en Brasil, aunque el "nivel de eficacia" -dijo- aumentó bajo su administración.
Al mismo tiempo, Rousseff admitió que recibir la antorcha olímpica para los Juegos de Rio 2016 es "un momento agridulce" puesto que no hay certeza de que ella pueda asistir en agosto a esta competición deportiva debido a la crisis política.
Rousseff está acusada de manipular las cifras del presupuesto de 2014 a fin de hacer que el rendimiento económico del Gobierno pareciera mejor de lo que era.
En caso de que el juicio prospere, el vicepresidente, Michel Temer, asumirá el poder como presidente interino.
Rousseff ha acusado al vicepresidente de ser uno de los cabecillas de un intento de "golpe".
La presidenta está enemistada con Temer pues éste ya ha comenzado a articular la composición del Gobierno que debería asumir una vez que la mandataria sea notificada oficialmente del inicio del juicio.