Los servicios de emergencias rusos dieron hoy por concluida la operación de rescate en la zona del mar Negro donde el pasado domingo se estrelló un avión militar ruso Tu-154 con 92 personas a bordo, sin que hubiera supervivientes.
"La fase activa de la búsqueda" de restos humanos y fragmentos del aparato siniestrado "ha concluido", informó a las agencias rusas un portavoz del Ministerio de Situaciones de Emergencias ruso.
Los buzos han logrado rescatar del agua "los cuerpos de 20 personas y los restos de casi todos los fallecidos", la mayoría de los cuales quedaron destrozados en el siniestro, explicó a Interfax una fuente del operativo de rescate.
Los últimos datos oficiales, ofrecidos ayer por el Ministerio de Defensa, hablan del rescate de 239 fragmentos de cadáveres, para cuya identificación será necesario un análisis de ADN cotejado con muestras genéticas de sus familiares.
La búsqueda de los restos del avión, según informó un portavoz de las fuerzas de seguridad rusas, también ha concluido después de que "todos los fragmentos principales del Tu-154, incluidas todas sus partes y aparatos de gran tamaño, haya sido localizadas e izadas a la superficie".
Por otro lado, cinco días después de la tragedia siguen sin conocerse las causas del siniestro, pese a que los servicios de rescate ya han recuperado las tres "cajas negras" del aparato.
Hasta ahora, las únicas informaciones sobre los primeros resultados de los análisis de esas "cajas negras" se atribuyen a fuentes anónimas y apuntan a la conjunción de varios factores como la causa del accidente.
"Los datos del registrador de parámetros" técnicos de la aeronave en el momento del siniestro "indican un fallo en el mecanismo que acciona los flap" del avión, explicó ayer a Interfax una fuente de la investigación.
Al mismo tiempo, agregó, "hay motivos para suponer que la tripulación de cabina pudo cometer errores en la toma de decisiones en el instante crítico, lo que sumado" al fallo técnico "pudo provocar el accidente".
La prensa rusa ha filtrado las últimas palabras de los tripulantes de cabina -grabadas por una de las "cajas negras" instantes antes de que el avión chocara con el agua- en las que el copiloto le grita al comandante de la aeronave que han fallado los flap.
A bordo de la aeronave siniestrada viajaban 64 miembros de la agrupación de coro y danza Alexándrov del Ejército ruso, 9 periodistas, 8 militares, 8 tripulantes, dos funcionarios y la famosa doctora Elizaveta Glinka, presidenta de una fundación humanitaria.
Los artistas militares viajaban a Siria para ofrecer un concierto de Año Nuevo en la base área de Jemeimim, donde Rusia tiene desplegada una agrupación de aviones de guerra.