El jefe del Parlamento de Venezuela, Juan Guaidó, a quien más de 50 países reconocen como presidente encargado, dijo este viernes que los opositores respetarán las normas de la embajada española en Caracas, en cuya residencia permanece en calidad de huésped el dirigente opositor y líder de su partido, Voluntad Popular, Leopoldo López.
"Cada sede diplomática tiene reglas, normas que evidentemente hay que respetar", dijo Guaidó a periodistas durante una rueda de prensa en Caracas.
"Hay que ser, además, cortés", añadió al explicar que al antichavismo le preocupa "la tranquilidad de los que reciben" en sus legaciones a varios opositores en calidad de huéspedes o asilados.
Las declaraciones de Guaidó son, al tiempo, una respuesta a la advertencia que hizo hoy el ministro español de Exteriores, Josep Borrell, quien indicó que se limitarán las actividades políticas de Leopoldo López en la embajada española.
"España no va a permitir que su embajada se convierta en un centro de activismo político", dijo Borrell a periodistas en el Líbano, donde hace una visita oficial.
López, que el pasado martes burló la condena de prisión de casi 14 años que cumplía en su residencia, acompañó el pasado martes a Guaidó y a una veintena de militares en un pronunciamiento en el que se pidió al grueso de la Fuerza Armada que diera la espalda al presidente Nicolás Maduro.
Ese mismo día, participó de las protestas antigubernamentales en el bastión opositor caraqueño de Altamira, pero al caer la tarde ingresó en calidad de huésped en la residencia del embajador de España en Venezuela, Jesús Silva.
Ayer, en una entrevista con Efe destacó el deseo de los allegados de Maduro de que deje el poder, que ejerce desde 2013.
Venezuela atraviesa una etapa de grave tensión política desde enero pasado, cuando Maduro juró un nuevo mandato de 6 años que no reconoce la oposición y parte de la comunidad internacional, y, el pasado 23 de enero, Guaidó, proclamó un Gobierno interino que cuenta con el respaldo de más de 50 países.
En paralelo, Venezuela sufre la peor crisis económica de su historia, lo que genera cada día protestas para denunciar la severa escasez de alimentos y medicinas y la pésima prestación de los servicios públicos.