Decenas de miles de japoneses de todo el país acogieron con entusiasmo el primer saludo público del nuevo emperador, Naruhito, que se dirigió hoy al pueblo nipón desde el Palacio Imperial de Tokio.
"Vine desde Kobe hasta Tokio para ver al nuevo emperador. Aunque había mucha gente y fue agotador me lo he pasado muy bien", manifestó a Efe Takafumi Kaohara, un japonés de 27 años que aprovechó sus vacaciones para viajar a la capital en este día histórico.
Cómo él, multitud de japoneses hicieron cola durante horas bajo un el fuerte sol para estar presentes en el primer contacto popular del nuevo monarca tras su ascenso al Trono de Crisantemo el pasado 1 de mayo.
Naruhito, de 59 años, se convirtió en el nuevo emperador de Japón tras relevar a su padre, Akihito, de 85 años, que decidió abandonar el cargo después de tres décadas por achaques de la edad, dando paso a su hijo y abriendo una nueva era en el país.
En la última aparición pública de Akihito como emperador, para desear el nuevo año, el acto atrajo a 154.800 personas. Hoy, según un cálculo hecho por la agencia local Kyodo, fueron más de 140.000 personas las que acudieron a la primera cita de Naruhito con su pueblo.
En esta ocasión, masas de asistentes de todas las edades formaron perfectas filas, como es costumbre de los japoneses, y aguardaron con paciencia el momento de cruzar las puertas del recinto imperial situado en el céntrico distrito de Chiyoda de la capital nipona.
El nuevo emperador compareció ante el pueblo desde un balcón acristalado en hasta seis ocasiones a lo largo del día, y en todas ellas se dirigió a los ciudadanos con un breve discurso.
En su corto mensaje, Naruhito destacó la necesidad de trabajar, junto con otros países, para "lograr la paz mundial", y comunicó al público presente su "esperanza" de que Japón "continúe desarrollándose".
"Estoy aquí hoy tras las ceremonias, marcando mi acceso al trono. Estoy profundamente agradecido y encantado de que hayáis venido a celebrarlo. Deseo vuestra salud y felicidad", trasladó al pueblo, unas palabras que fueron acogidas positivamente por muchos asistentes.
"Me gustó la serenidad con la que habló, me hizo muy feliz", comentó Mika Tajima, de 30 años, que acudió al palacio acompañada de su pareja.
Los más madrugadores consiguieron superar la larga espera y ver en persona a Naruhito y a otros once integrantes de la familia imperial, incluida la emperatriz Masako y el príncipe Fumihito, hermano del emperador y primero en la línea de sucesión.
Durante la comparecencia, los ciudadanos congregados acogieron con entusiasmo las palabras del nuevo monarca, al grito de "banzai", el tradicional saludo japonés al emperador, y agitando enérgicamente banderas de Japón.
Entre expresiones de asombro y deleite, los asistentes elogiaron la apariencia de la emperatriz Masako, que llevaba un vestido color amarillo con un sombrero a juego.
El emperador, junto con los hombres de la familia, optó por un traje oscuro, mientras que otras de las mujeres se enfundaron en vestidos de colores.
Muchos levantaron al aire sus teléfonos móviles y cámaras de vídeo con la esperanza de captar imágenes del significativo momento.
"Es interesante ver a todos los japoneses que hoy vinieron aquí, cuánto admiran y aprecian al emperador", dijo el estadounidense de 43 años Joe Philbrook, a quien le sorprendió el fervor de los nipones a pesar de ser residente en el país.
Según un sondeo realizado en los últimos días por la agencia local Kyodo, el 82,5 % de los japoneses ve con simpatía al nuevo emperador, mientas que el sistema imperial cuenta con una amplia mayoría entre los nipones.
De acuerdo con este sondeo, sólo un 4,8 % de los japoneses está a favor de abolir la figura del emperador.