El COVID-19, la enfermedad causada por el coronavirus de Wuhan, pasó la barrera de los 1.500 fallecidos en China, según las últimas estadísticas, mientras el país continúa enviando personal médico a la provincia de Hubei, epicentro del brote, para tratar de contener la epidemia.
Este viernes se sumaron 143 nuevos decesos al recuento total de fallecidos en el país, que llega a 1.523, así como 2.641 casos confirmados, lo que eleva a más de 66.000 el número total de casos detectados, mientras que han sido dadas de alta más de 8.000 personas tras superar la enfermedad.
Según los datos oficiales publicados hoy, se ha realizado seguimiento médico a más de 513.183 personas que han estado en contacto cercano con los infectados, de los cuales 169.039 siguen bajo observación.
Pero donde la situación sigue siendo especialmente grave es en Hubei, donde los fallecidos llegan a las 1.457 personas.
De las últimas 139 muertes certificadas allí, 107 se produjeron en su capital, Wuhan, que permanece en cuarentena "de facto" desde el pasado 23 de enero.
MÁS ESFUERZOS MÉDICOS EN WUHAN
A Hubei han llegado ya un total de 217 equipos médicos compuestos por 25.633 profesionales sanitarios -de los cuales, 20.000 están destinados en Wuhan-, informó hoy el subdirector de la Comisión Nacional de Sanidad, Wang Hesheng, quien forma parte del comité formado por el Gobierno central para enfrentarse a la epidemia.
"El número total de trabajadores médicos enviados a Wuhan supera con creces al del rescate tras el terremoto de Wenchuan de 2008, y también han llegado mucho más deprisa", aseguró Wang en una rueda de prensa en celebrada en Wuhan, según recoge la agencia estatal Xinhua.
El funcionario reconoció los riesgos a los que se enfrentan estos profesionales: hasta ahora, 1.716 trabajadores sanitarios se han contagiado del virus -aproximadamente un 3,8 % de los casos totales a nivel nacional-, y seis han fallecido.
Wang, que forma del nuevo equipo gubernamental enviado a la zona tras la reciente destitución de la directora de la Comisión de Sanidad de Hubei, del secretario del Partido Comunista de China (PCCh) dentro de ese organismo y de los jefes locales del PCCh en Hubei y Wuhan, añadió que se han abierto nueve hospitales temporales con casi 7.000 camas en Hubei para atender a los enfermos.
PEKÍN, EN CUARENTENA
Entretanto, continúan las preocupaciones por el impacto del coronavirus en la segunda economía más grande del mundo, y la misma agencia Xinhua reconoció hoy que la enfermedad está afectando fuertemente a "varias industrias", incluyendo el comercio minorista, la manufactura y el turismo.
"Hoteles, restaurantes, centros comerciales y sitios turísticos que deberían estar en pleno apogeo están ahora vacíos", asegura.
También hay preocupación por la hasta ahora paulatina vuelta al trabajo tras las prorrogadas vacaciones por el Año Nuevo lunar, y en ciudades como Pekín, la capital china, la mayoría de los ciudadanos se mantienen aún encerrados en sus viviendas, las calles siguen desiertas y los locales comerciales cerrados, con la excepción de supermercados y pequeñas tiendas de alimentación.
Además, todas aquellas personas que regresen a la ciudad tras las prolongadas vacaciones deberán pasar obligatoriamente una cuarentena de 14 días en casa para ayudar a prevenir contagios del nuevo coronavirus, según informaron anoche medios locales.
De acuerdo con el diario oficial Beijing Daily, que cita un grupo de trabajo local para la prevención de la epidemia, quienes no hagan dicha cuarentena serán castigados según la ley, aunque no especifica qué medidas se tomarán ni si las restricciones también se aplican a no residentes o a extranjeros.
En los bloques de viviendas, los residentes capitalinos que desean salir a la calle deben acudir antes a unos improvisados centros de control donde los guardias de seguridad miden la temperatura corporal y entregan unos pases identificativos.
VUELTA AL TRABAJO GRADUAL
Las autoridades tratan de que la vuelta al trabajo se realice "de manera ordenada" con un doble objetivo: evitar que se disparen los casos y que no se frene la actividad económica, según la directriz marcada por el propio presidente chino, Xi Jinping.
No obstante, muchas empresas han pedido a sus empleados que trabajen desde sus domicilios.
Queda ahora por ver cómo volverá el país a la normalidad teniendo en cuenta que este año se registrará un menor número de viajes, incluyendo regresos, en el periodo de 40 días conocido como "chunyun" ("transporte de primavera", en chino) que está considerado la mayor migración del planeta.
Según informó hoy el Ministerio de Transportes del país asiático, el volumen de viajes durante este periodo -del 10 de enero al 18 febrero- caerá este año cerca del 45 % respecto al pasado.
Entretanto, el primer ministro, Li Keqiang, hizo hoy acto de presencia en una estación ferroviaria de Pekín para supervisar las tareas de prevención de contagios en el transporte, asegurando que la vuelta al trabajo sucederá "de manera gradual".
"Xi ha pedido reanudar la actividad económica para garantizar el suministro de equipos médicos, mantener el crecimiento y los ingresos, pero es una apuesta arriesgada", comenta a Efe el analista Joseph Cheng, coordinador de grupos prodemocráticos en Hong Kong.
Según Cheng, las autoridades chinas necesitan dar una cierta sensación de normalidad: "Algunos expertos médicos hablan de que la epidemia alcanzará su 'pico' a finales de febrero, pero esta valoración es demasiado optimista", asegura.
Hasta la fecha, todos los decesos menos dos -en Filipinas y Hong Kong- se han producido en la China continental y, aunque una treintena de países cuentan con casos diagnosticados de neumonía de Wuhan, China acapara en torno al 99 % de los infectados.
Los síntomas del nuevo coronavirus son en muchos casos parecidos a los de un resfriado, pero pueden venir acompañados de fiebre y fatiga, tos seca y disnea (dificultad para respirar).