Cinco de las siete víctimas mortales del suceso, entre tanto, fueron identificadas en el Instituto Anatómico Forense, y queda pendiente concretar la filiación de un matrimonio alemán que residía en el edificio, ubicado en la calle Rodríguez Arias y que se hundió, según los vecinos, a consecuencia del mal estado del inmueble.
En el suceso resultaron heridas dos personas, una mujer –madre y esposa de dos de los fallecidos– que permanece ingresada en el hospital con pronóstico reservado, según fuentes sanitarias, y un hombre, que este mediodía ha recibido el alta hospitalaria.
En su trabajo, los técnicos han encontrado restos de uralita, lo que ha obligado a tratar ese material con líquido especial para evitar la emisión al aire de partículas de amianto.
A los trabajos de los técnicos en las ruinas del inmueble, que han desarrollado con la ayuda de bomberos, ha seguido el derribo controlado de la parte del edificio que permanecía aún en pié, labor que prácticamente ha concluido.
Los técnicos, según fuentes municipales, siguieron ayer también con la inspección de edificios ubicados en la zona del siniestro, alguno de ellos construido en la misma época que el hundido, para comprobar el estado de su estructura.
Como consecuencia de ello, ha sido desalojado otro inmueble, el séptimo desde que tuvo lugar la catástrofe.
Los casi sesenta vecinos desalojados de sus viviendas no pudieron regresar anoche a sus casas y volvieron a dormir en hoteles ofertados por el Ayuntamiento de Palma y la Conselleria balear de Asuntos Sociales o en los domicilios de familiares y amigos.
Vecinos desalojados dijeron a Efe que tienen “miedo” a volver a sus casas, por lo que piden que se les den garantías de que sus edificios son seguros y no presentan desperfectos.
El Juzgado de Palma abrió diligencias previas por este caso y la magistrada titular, según un comunicado del Tribunal Superior de Justicia de las Islas Baleares (TSJIB), está a la espera de conocer los informes técnicos para estudiar eventuales medidas.
