La actriz Ángela Molina aseguró ayer, horas antes de recoger el Premio Luis Buñuel que le otorga el 38 Festival de Cine de Huesca en atención a su trayectoria cinematográfica, que por primera vez ha “acariciado la idea de dirigir una película”.

Molina, de 54 años, explicó que la idea le surgió hace unas semanas en la isla griega de Salina, mientras rodaba la película ‘Amor amargo’, en fase actualmente de montaje, pero precisó que todavía no le había ‘llegado’ la historia que le gustaría rodar.

En su comparecencia evocó a los distintos realizadores con los que ha trabajado a lo largo de su carrera, como Buñuel, los Taviani, Chávarri, Bigas Luna, Wertmuller y otros, y destacó: “Todos forman parte de mi memoria”.
“Recuerdo perfectamente cada director con el que he trabajado y puedo decir que todos me han dado lo que he necesitado en cada momento y si estuvieran aquí esto sería el paraíso. Lo cierto es que las personas nos volvemos a encontrar en algún momento, y eso es la maravilla de la vida”, añadió. Habló con intensidad de la figura de Luis Buñuel, de quien dijo tener un recuerdo “muy vivo”.