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El Pritzker a Souto de Moura refleja el tiempo de una arquitectura mesurada

Actualmente no es necesario estar construyendo en todo el mundo para obtener un premio como el Pritzker, y ese es el caso de Eduardo Souto de Moura.

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  • Eduardo Souto Moura. -
 Actualmente no es necesario estar construyendo en todo el mundo para obtener un premio como el Pritzker, y ese es el caso de Eduardo Souto de Moura, en opinión de Martha Thorne, directora ejecutiva de este galardón con el que ha sido reconocido el arquitecto portugués.

La elección de Souto de Moura refleja nuestro tiempo; un tiempo de una economía difícil en muchas partes del mundo y en el que se aboga a favor de una arquitectura mesurada, auténtica. "Ha habido otros momentos en que se ha reconocido la experimentación, la innovación, los caminos más arriesgados", comentó Thorne a Efe.

También destacó la forma de ejercer la arquitectura de Souto de Moura, con un estudio pequeño y unas obras que en su mayoría están en la Península Ibérica.

"Es justo decir que hoy en día no hay que ser un arquitecto que esté construyendo en todos los países del mundo. El suyo responde a un modelo de estudio donde él participa y genera todas las ideas y, a pesar de estar en una ciudad periférica, que Oporto lo es, tiene una influencia y unos mensajes validos para cualquier sitio", dijo Thorne.

La constancia es otra de las características que destacan en la obra de Souto de Moura, quien ha sabido combinar lo local con el espíritu global de la arquitectura, en opinión de la directora ejecutiva del premio dotado con 100.000 dólares (70.994 euros) y considerado como el "Nobel" de la arquitectura.

El galardón fue instituido en 1979 por Jay A.Pritzker y su mujer, Cindy, para reconocer el trabajo de profesionales vivos que hubiesen demostrado cualidades como el talento, la visión y el compromiso aplicados a contribuir al desarrollo de la humanidad y su entorno, así como al arte de la arquitectura.

"Souto de Moura es un arquitecto que no ha seguido las modas, no ha estado influenciado por las tendencias fáciles, sino que desde un principio ha ido buscando su camino, profundizando y explorando, pero siempre en una trayectoria bastante clara", comentó Martha Thorne.

"La suya es una arquitectura muy ligada a sus raíces, a su lugar. Esto se aprecia tanto en los materiales y su tratamiento formal en relación con el clima, como en que es sensible a la historia del lugar donde se construye", añadió.

Esto no quiere decir que la de Souto de Moura (Oporto, 1952) sea una arquitectura folclórica, ni pobre culturalmente, "sino que es que tiene resonancia en los que la usan, sea cual sea su origen".

Destaca también la faceta del galardonado como gran constructor ya que además de ser un arquitecto de ideas "sabe realizar esas ideas físicamente en un edificio potente, consciente del ambiente de la ciudad donde se engloba. Es un arquitecto muy completo".

Thorne, encargada de informar del fallo del jurado a los galardonados con el Pritzker, comentó que "fue muy bonito" cuando le comunicó al galardonado que le había sido concedido el premio. "Pero si soy muy joven, ¿cómo me lo podéis dar a mi?, me preguntó muy emocionado y sorprendido".

Souto de Moura es el segundo arquitecto portugués que recibe el galardón, "en el que no existen cuotas de países", después de la concesión a Álvaro Siza en 1992.

La arquitectura de estos dos autores "es muy distinta" ya que mientras que la de Siza "te lleva casi al precipicio", la de Souto de Moura "es más directa, de estructuras muy claras".

Martha Thorne destacó por otra parte la "calidad excepcional" de la arquitectura española que se sitúa entre los primeros países de Europa en cuanto a energía, interés e ideas.

"Ello tiene que ver con los grandes maestros de la historia y con que la educación en España tradicionalmente ha tenido un componente técnico que la hace más completa", señaló.

El gran reto de la arquitectura española actualmente "es estar en el siglo XXI, estar en Europa y en el mundo" y para ello la enseñanza no puede quedarse en modelos del siglos pasados. "Tenemos que tener un modelo de enseñanza del siglo XXI, reconociendo que no todo el mundo va a tener un estudio de cuatro personas".

El papel del arquitecto en la sociedad "tiene que ser más amplio, tiene que evolucionar a un modelo de equipo y multidisciplinar. Es un momento difícil, tenemos un pasado brillante pero hay que profundizar en hacia donde vamos", considero la directora ejecutiva del Premio Pritzker.

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