Memorias de la carretera es el título de esta última gira y el tema con el que el rockero granadino abrió la velada que denominó La noche verde, dado el entorno natural en el que tuvo lugar el evento.
El público recibió con calor a Miguel Ríos, antes de que llegase el delirio con Bienvenidos, a la que dio paso diciendo: “Buenas noches, bienvenidos al primer concierto de mi última gira, desde el corazón de la naturaleza”.
Tras ese tema, continuó repasando un repertorio superior a la treintena de canciones, en el que incluyó temas míticos como Año 2000, Sábado a la noche, Santa Lucía o el Himno a la alegría, con el que cerró el espectáculo.
Antes, en la cuarta canción, titulada Antinuclear, aprovechó para referirse a la central nuclear de Garoña: “¡No a Garoña!”, dijo.
Después vino una sorpresa con la presencia virtual de Joaquín Sabina sobre el escenario, para cantar a dúo el tema Aves de paso.
Para este concierto tan especial, que está siendo grabado en vídeo para su posterior comercialización, Miguel Ríos se rodeó de amigos como Ana Belén, con la que cantó España camisa blanca, Iván Ferreiro, Año 2000, Rosendo, Maneras de vivir o Johny, de Burning, con quien cantó Mueve tus caderas. A todos ellos se sumaron Jorge Salán, de Mägo de Oz; Mikel Erentxun; Álvaro Urquijo; Quique González; Rebeca Jiménez; Pereza y Carlos Goñi.
Todos ellos, llenaron de buena música un paraje natural situado junto al inicio del Parque Regional de Gredos, hasta donde acudieron miles de personas, procedentes de toda España, para asistir al principio del fin de la última gira de una de las principales referencias del rock español.
El concierto duró 2 horas y 45 minutos y los organizadores cifraron la asistencia en 10.800 personas.
La impresionante puesta en escena del espectáculo se completó con la instalación de 320.000 vatios de luz y otros 180.000 de sonido, que facilitaron el seguimiento de un evento que los espectadores pudieron observar a través de dos pantallas gigantes en las que aparecían imágenes captadas por siete cámaras.