Seis años después se acabó el sueño. La Junta ha dado carpetazo al proyecto de autovía entre Ronda y la Costa del Sol, descartando definitivamente el proyecto mediante la emisión de un informe por parte de la delegación territorial de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente, que rubrica el delegado Javier Carnero, y que viene a hablar de un proyecto “inviable”, tanto por sus afecciones ambientales así como por el alto coste de la actuación. El informe es vinculante.
Fechado el día 8 de enero, viene a referir que “la conexión viaria propuesta tendría un impacto severo sobre la geomorfología, la flora, la fauna, el paisaje y los espacios protegidos”, aún después de tomarse todas las medidas correctoras que se prevén en el estudio de impacto ambiental, al entender Medio Ambiente que dicho estudio presentado “no valora correctamente algunos de los impactos, cuya magnitud sería mayor de la estimada”. Subraya el informe además que “un 45 por ciento del trazado atraviesa el núcleo de rocas ultramáficas emergido el más importante de Europa”. Se refiere el informe a un total de 14,9 kilómetros de ese trazado. Y añade que “el 54 por ciento de la longitud total del trazado afecta a Lugares de Interés Comunitario”, en referencia al valle del Genal, las sierras Bermeja y Real y el río Guadalmina.
Pero Medio Ambiente incluso llega a informar negativamente a cuenta del alto coste económico del proyecto, subrayando que “la justificación del proyecto se basa en unos modelos de previsión de tráfico que han resultado erróneos”, al defender que en 2011 el volumen de tráfico en la carretera de San Pedro incluso “ha descendido con respecto a 2005, cuando se esperaba una tasa de crecimiento anual del 10,3 por ciento”. Además advierte que “la conexión propuesta no responde a un proyecto de movilidad sostenible”, asegurando que pretende fomentar “un modelo de ciudades dormitorio, lo que es contrario a las directrices y objetivos actuales en materia de territorio, planificación del transporte e infraestructuras”, concluye.
El informe, en todo caso, plantea soluciones alternativas, que se advierten imposibles a cuenta de la crisis. La propia Junta se apresuró a decir esta semana, por boca del delegado territorial de Fomento, Manuel García, que no planteará otra alternativa: “No se trata de una actuación prioritaria”, dijo, para concluir a propósito de las alternativas del informe: “Son carísimas”.
LAS REACCIONES
Nada más conocerse el informe, la alcaldesa de Ronda, Mari Paz Fernández, en un tono nada habitual, prefirió no enfrentarse esta vez a la Junta, sino reclamar un proyecto de mejora de la actual carretera a San Pedro: “Debemos actuar sobre los tramos más peligrosos”, y habló la regidora de carriles de aceleración o el acondicionamiento de la calzada. Una resignada Mari Paz Fernández llegó a decir en torno al informe: “Era lo que nos esperábamos”.
Mucho más combativa se mostró la alcaldesa de Marbella, la popular Ángeles Muñoz: “Descartar el proyecto responde al olvido permanente de la Junta”. Añadió el parlamentario popular Daniel Castilla que “se ha jugado con la ilusión de los rondeños”.
El PSOE lamentó que el proyecto no sea viable, y llamó “a la unidad de todos para buscar una alternativa”, solicitó Teresa Valdenebro. IU, por contra, se felicitó: “Siempre dijimos que era inviable. Venía a favorecer un modelo de especulación que se ha demostrado caduco y fracasado, que sólo pretendía convertir a la Serranía en una comarca dormitorio”, declaró el concejal Álvaro Carreño.
A LA COSTA EN 22 MINUTOS
Quien fuera consejera de Obras Públicas, Concepción Gutiérrez, presentó en 2007 el proyecto de la nueva carretera en un multitudinario acto celebrado en el Parador de Ronda con alcaldes y agentes sociales, turísticos y económicos de la comarca de Ronda. Se anunció un proyecto valorado en 350 millones de euros, que uniría Ronda con la costa en 22 minutos. Se anunció la construcción de un enorme puente atirantado, un túnel de 1.600 metros y un total de 26 viaductos en un trazo que partiría desde la circunvalación de Ronda.
Seis años después, Ronda asiste resignada al final del sueño.