El que es alcalde de Arriate desde 2011 decidió hace unos diez meses entrar duro para carreras de larga distancia. Ahora se atreve con su primer Ironman.
Cuéntanos un poquito acerca de esta carrera, Melchor.
—Bueno, pues la carrera se celebró en la zona sur de los alpes franceses, y constaba de 234 kilómetros en total. Es un triatlón de larga distancia, un ironman. Empezamos a las seis de la mañana en un lago y hacíamos 3,8 km a nadando, que tardé aproximadamente una hora y cuarto. Luego, nos cambiábamos de equipación para coger la bicicleta, cuya prueba constaba de 188 km con un desnivel positivo de 4.200 metros. Subimos cuatro puertos, uno de ellos de categoría especial, que es uno de los puertos míticos del Tour de Francia. Los paisajes, las laderas, los bosques, los lagos, todo increíble. Finalmente, llegamos ya al pueblo y soltamos las bicis, nos cambiamos y continuamos con la maratón de 42 km.
¿Cuál ha sido la parte más difícil para ti?
—Lo más difícil fue la parte de las bicis, lo que pasa que una vez que concurrías con la bici tenías que correr 42km, que es ya la complicación máxima. Además, la maratón no era plana, tenía más de 400 metros de desnivel, lo cual le daba una complejidad grande. De hecho, la última vuelta la hice de noche a la luz de la luna, que nos iba alumbrando el camino.
¿En cuánto tiempo acabaste la prueba?
—Terminé en 16 horas y 33 minutos.
¿Cuántas carreras como esta llevas a tus espaldas?
—Es mi primer ironman. Con anterioridad, desde el año pasado hasta ahora, he hecho triatlones de media distancia, que son la mitad de lo que he hecho ahora, pero nunca había hecho ironman, y he venido a hacer el más potente que hay, pues está considerado como el más duro del mundo.
¿Quién te ha acompañado en esta aventura?
—Fuimos dos muchachos de Ronda, el cura de Arriate y yo.