La gastronomía es un arte. Es la esencia de un pueblo. Rota, en su caso, un municipio donde el campo convive con el mar, tiene platos que se remontan a muchos años de antigüedad. Recetas compartidas entre generaciones elaboradas con los productos autóctonos de la zona. Uno de los más tradicionales es la urta a la roteña que, con el paso de los años, ha evolucionado partiendo de una misma base de pescado hasta presentarse a la mesa en distintas formas y variantes. Algunos han apostado por la creatividad añadiéndole nuevos ingredientes a la mezcla, aunque cocineros como Antonio Casanova han preferido mantener la esencia y trabajar la técnica hasta alcanzar la maestría. Aunque, eso sí, cada cocinero siempre aporta su toque personal que hace de sus creaciones platos tan reconocibles, por lo que, en su caso, no iba a ser la excepción. Añadió medio vaso de vino y otro medio de coñac al pescado y las verduras mientras se cocinaba en el horno, para después volver a introducirlo para unos últimos diez minutos antes de sacarlo definitivamente. Un sello distintivo que Antonio ha conseguido perfeccionar hasta el punto de cosechar numerosos premios en la preparación de este plato de fama internacional. Este roteño es, después de todo, una de las figuras más respetadas en el arte culinario, por lo que, desde la delegación de Fiestas del Ayuntamiento de Rota, se volvió a contar con su inestimable colaboración para llevar a cabo el quinto taller gastronómico municipal que tuvo a este típico plato local como gran estrella de la tarde.
Casanova, que cuenta con una dilatada trayectoria a sus espaldas que le ha llevado incluso a viajar a Afganistán para cocinar para el ejército español, realizó el proceso de elaboración de la urta a la roteña paso a paso, frente a la atenta mirada de un público asistente que tuvo la oportunidad de hacerle preguntas, pedirle consejos y conocer de cerca su amplia experiencia. Además, lo acompañó con la elaboración de un postre. Una receta ancestral como la poleá que, a su vez, es otro de los platos singulares de nuestro pueblo. Al final, los presentes, entre los que se encontraban también Esther García, delegada de Fiestas; y Laura Almisas, delegada de Educación; pudieron compartir de un rato de convivencia con Antonio Casanova, donde degustaron los platos que se habían preparado previamente. Disfrutaron de sabores típicos, exquisitos, pero sobre todo llenos de historia. Historia que personas como este chef roteño revive y reivindica como una parte fundamental de nuestro pueblo.