La segunda planta de la Casa de la Cultura, concretamente en el auditorio 'Severiano Alonso', acogió durante más de una hora la presentación del nuevo libro de Juan Montes: 'Memoria de colonización'. A las 20:30 la arrebatada sala llega de público aplacó su murmullo para dar paso a la introducción elaborada por la delegada municipal de Cultura, Encarna Niño. En sus casi diez minutos de intervención apeló a la gran importancia de la figura de Juan Montes para la localidad.
Encarna Niño rescató la trayectoria académica y profesional del autor de esta investigación sobre la expropiación de los 45 pagos de la Base Naval a terrenos roteños. Un evento histórico que supuso la colonización de tierras baldías, donde reubicaron a más de 500 familias a las que le arrebataron sus posesiones para la elaboración de un espacio militar de uso compartido por Estados Unidos y España. Encarna Niño apeló a la gran relevancia de este acontecimiento concreto del que existen estudios de grandes dimensiones, pero nada como lo que presentaba Juan Montes.
"Juan Montes nació en el seno de una familia marinera el 20 de agosto de 1957" expuso la delegada de Cultura y añadió a su información personal sus funciones en la vida pública con el cargo de concejal de Deportes y Juventud durantes 1995 y 1999. También apeló a sus funciones como Hermano Mayor de la Hermandad del Rocío de Rota o a los reconocimientos públicos que este mismo ha recibido: Calabaza de oro por el CD Rota en 1999 o Roteñista cultural por la UD Roteña en 1995. Destacó a su vez sus dotes como pregonero o presentador de actos. "Estamos ante un libro que nos va a informar y nos va a permitir reconocer públicamente gracias a su trabajo a aquellas personas que sufrieron la historia de la expropiación de las tierras para la instalación de la Base Naval" finalizó Encarna Niño en su presentación del autor del libro.
Tras las palabras de la delegada de Cultura fue momento del visionado de un vídeo producido por Miguel Liaño que recoge imágenes de aquellas personas que sufrieron este aparatoso capítulo de la historia roteña acompañada de la voz en off de Juan Montas, además de entrevistas de testigos de primera mano de la expropiación. Más de 1000 entrevistas desde hace más de tres décadas recoge la investigación realizada por Juan Montes para dar luz para convertir a los testimonios humanos en los verdaderos protagonistas de la historia.
En algunas entrevistas realizadas por Montes se puede comprobar la rabia, dolor e indignación que provocó este suceso: algunos cuenta como el 60% de lo trabajado en sus nuevas tierras baldías iba para el Gobierno, que recibían los animales por reintegro y que las tierras eran dadas por tutela. "Aquí vivió mi abuelo y su padre, aquí vivío mi padre y aquí vivo yo" eran una de las palabras que recordó en las grabaciones del momento en el que militares acudían a la casa de una de tantas familias expropiadas.
El visionado del vídeo cautivó enormemente al gran público que se congregó en un espacio que quedó pequeño: personas sentadas en el sueño, algunos de pie, es decir, centenares aglomerados para conocer una historia que pertenece a la localidad.
Ahora era el turno del "protagonista", entrecomillado porque la humildad y sinceridad de Juan Montes concretó que quienes configuran esta historia son "personas corrientes, personas que no se les ha dado voz". Juan Montes comenzó con un sinfín de agradecimientos, prácticamente se deshizo en elogios ante las familias de aquellos que han sido entrevistados, entrevistados directos o colaboradores como el caso de Fernando Ordiales, quien subió a la mesa situada en el escenario del auditorio. Ordiales definió a Juan como "una persona inquieta y enamorada de su pueblo", añadiendo que este libro "nos hace recordar a las personas que han sido arrancadas de sus tierras". El propio Ordiales se aventuró a dedicar una letrilla a su amigo bajo el mantra del agradecimiento por ser quien es.
Juan Montes esbozó, y ha profundizado en su libro, la fuerte hermandad que une a Nueva Jarilla y Rota tanto que ambos municipios comparten patrona (Nuestra Señora del Rosario). Al hablar de la colonia de roteños en Nueva Jarilla, Juan sintió la necesidad como parte de su responsabilidad y unión dada por la investigación de lanzar a la delegada municipal allí presente el retomar las relaciones directas entre Consistorios.
Vivencias fue la palabra más mencionada por Juan en su discurso y se debe a que el principal protagonista de su obra son ellos porque este libro se convierte en el altavoz de aquellas personas que no han tenido un espacio lo suficientemente reconocido para alzar sus voces ante su sentir frente a la expropiación. Juan Montes ha querido ser fidedigno a la historia a base de datos e historias sin entrar en posibles errores de interpretaciones u opiniones que lejos han quedado en el gran valor humano y de investigación.
Montes mostró su perfil más humano refrendando la mayor de las calidades humanas. No se atribuyó ni un solo ápice de éxito. Todo lo volcó en un listado inmenso de personas que han sido entrevistadas y reiteró la importancia de estrechar relaciones entre Rota y Nueva Jarilla porque "son parte de nosotros". Este libro y de igual forma su presentación, aunque resumido, analizan cómo influyeron los colonos en la mejoría agraria de territorios impracticables hasta la fecha y que reportaron un evidente beneficio al Estado.
Montes recuerda que la ubicación actual de la Base Naval no era la idea original, el primer estudio de terreno se realizó en el actual espacio que ocupa la Universidad de Cádiz y puntualizó que "todo empezó en el pago de la gallina". Juan Montes, como ha hecho en su libro, ha querido visibilizar la historia humana, el testimonio de las personas que sufrieron directa o indirectamente lo ocurrido. Juan Montes ha hecho un esfuerzo totémico en recabar datos, informes y voces para abordar un episodio invisibilizado en la historia de Rota. Todo ello bajo la humanidad, cariño y profesionalidad que le caracterizan.
Su presentación concluyó con un "tenemos la suerte de vivir en la Villa más cosmopolita de España" y continuó con un sinfín de piropos derramados sobre su localidad porque es su pueblo y "así lo siento".
