El pasado 21 de noviembre, días antes de confirmarse que el municipio había incrementado la cifra de parados desde enero en 5.906 trabajadores, dejando el global en 24.391 desempleados, y con la preocupación de que 2009 se inicie sobrepasando la psicológica cifra de los 25.000 parados, los representantes de las centrales sindicales mayoritarias (UGT y CCOO), de la Confederación de Empresarios de la provincia de Cádiz (CEC) y del Ayuntamiento, con la alcaldesa al frente, firmaron un plan de medidas económicas contra la crisis para reactivar la economía en el municipio, impulsar el desarrollo económico, apoyar la creación de empleo estable y de calidad, hacer más atractiva la inversión en Jerez y facilitar la intervención y apoyo de otras administraciones.
Esta fue la mejor noticia en un año en el que se conoció que en 2007 se produjeron en el municipio cerca de 5.000 accidentes de trabajo y en el que políticos y sindicalistas unieron fuerzas en reivindicación de un trabajo decente y contra la directiva europea de 65 horas de trabajo semanales.
Un año 2008 en el que el paro de mediados de junio del sector del transporte puso en peligro el abastecimiento de la ciudad tanto de alimentos como de combustibles y en el que los trabajadores de la planta de reciclaje y compostaje de residuos sólidos urbanos Las Calandrias llegaron a la huelga de hambre para firmar el convenio a mediados de abril tras más de un mes de movilizaciones. La plantilla de Las Calandrias volvió a la huelga a finales de octubre manteniéndola hasta mediados de noviembre por las suspensión de empleo y sueldo del presidente del comité de empresa. En esta ocasión, las movilizaciones no lograron anular la sanción.
También dentro de la conflictividad laboral de 2008 se enmarca que los autobuses urbanos no circularon durante la Feria del Caballo, medida de presión dentro de la huelga de los trabajadores de Cojetusa, concesionaria del servicio municipal, convocada ante la ruptura de negociaciones del convenio colectivo, que acabó firmándose a principios de junio, tras una nueva convocatoria de huelga que no llegó a realizarse.
En el sector de la construcción, 2008 trajo a Jerez la suspensión de pagos de las constructoras Fivesur, donde se detectó una deuda de 9 millones de euros, y de Jeresur. Por su parte, las constructoras Jale y Mugecons abandonaron en febrero las promociones de 292 VPO y Vaupres hizo lo propio en julio dejando a medias la construcción de 80 viviendas protegidas en Torrecera. La crisis del ladrillo enseñaba su peor cara.
Siguiendo con la construcción, las empresas subcontratadas afectadas por los impagos de Jerecom se llevaron en octubre una alegría. Después de meses de manifestaciones y concentraciones, la administración concursal vio indicios de delitos en la actuación de la constructora y pidió al Ministerio Fiscal que abriera una investigación.
A nivel industrial lo más destacable en el municipio jerezano ha sido la confirmación en diciembre de la venta por parte de Ebro Puleva de Azucarera Guadalete a British Sugar. Precisamente el contrato para refinado de azúcar de importación en la factoría del polígono El Portal se firmó con una filial de la firma británica, lo que, en principio, asegura la inversión prevista para la remodelación de la planta.
En cuanto al sector bodeguero, después de una vendimia corta en cantidad pero alta en calidad, los excedentes siguen siendo la preocupación del sector que ve como año tras años bajan las ventas de los vinos del Marco de Jerez, a pesar de las constantes promociones que esta año se han centrado en Extremo Oriente.