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San Fernando

“¿Ciudad del Deporte? En todo caso de un deporte más que de los otros”

El Club Balonmano San Fernando celebrará los próximos meses de abril y mayo los actos con motivo de su 25 aniversario.

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El Club Balonmano San Fernando se prepara para acoger un acontecimiento histórico para una entidad que con el paso de los años se ha convertido en algo más, en una familia. La institución se creó en el año 1989 y, por ende, en este 2014 celebra el 25 aniversario de su fundación. Un club modesto en el que se han forjado buenos jugadores y, sobre todo, grandes personas. Pedro Montiel Mora es la piedra angular sobre el que gira este proyecto en la última década apoyado, como no podía ser de otra manera por un grupo de personas que hacen posible que temporada tras temporada el Bm San Fernando tenga su sitio en el panorama deportivo y social de La Isla.

—¿Cuántos años lleva usted como presidente del Bm San Fernando?
—Si no me equivoco entre diez u once años, si no he perdido la cuenta. Como presidente ese periodo de tiempo pero en lo que es el club llevo ya 23 años.   

—Y este será un año especial.
—Sí, celebramos el 25 aniversario después de que echásemos a rodar en la 1988-89 y entonces nos encontramos organizando un programa de eventos con motivo de esas bodas de plata del club. Ya tenemos cierta solera en el deporte en San Fernando.

—¿Es difícil sostener a un club como es el suyo que se encuadra dentro de los llamados deportes minoritarios y más teniendo en frente a ese gigante que es el fútbol?
—Es difícil y además complicado con la situación económica que vive el país. Ha sido un palo bastante gordo y más para los deportes minoritarios. Ahí tenemos el ejemplo de la Liga Asobal de balonmano que era junto con la alemana la mejor Liga de Europa y hoy día ha pasado a ser la quinta o sexta. El balonmano ha sufrido bastante la crisis y los deportes minoritarios en general son los que más lo han padecido. Si exceptuamos el mundo del fútbol que se mueve por unos parámetros totalmente distintos, el resto de los deportes, salvo el baloncesto que aquí en San Fernando parece que está un poco mejor, los demás hemos sufrido una crisis terrible. 

—¿Y cómo se metió usted a presidente sabiendo la que le podía venir encima?
—Hay muchos que están en el mundo del deporte por sus hijos porque juegan, pero a mi me ha sucedido lo contrario, es decir, yo entre en este mundo primero y luego metí a mis hijos. Yo empecé a hacer balonmano sobre el año 1973 aquí en San Fernando, estuve hasta los juveniles jugando y cuando empecé los estudios universitarios y me puse a trabajar fuera lo abandone un poco. Me volví a enganchar allá por el año 1984. y al poco tiempo me puse en contacto con el  Balonmano San Fernando y desde entonces he hecho un poco de todo, he estado desde entrenador de base, directivo, director técnico y ahora de presidente. Que por qué tengo este cargo; simplemente porque me gusta y porque para mi es un hobby más. Sigo teniendo ilusión todavía por lo que hago, aunque en los últimos años me he encontrado un poco más desanimado por la cuestión económica, pero sigo estando con ganas. Además tengo una magnífica gente conmigo en la junta directiva y entre todos estamos intentando sacar al club adelante. 

—Directivos como ustedes se pueden considerar una especie de ‘héroes’. Un verano le tiene que resulta muy complicado cuando tiene que empezar a llamar a puertas para poder comenzar otra temporada más.
—Aquí héroes no hay. Aquí estamos porque nos gusta, porque ninguno comemos de esto. Por supuesto que cuando llega el verano los compañeros de la junta y yo nos ponemos el disfraz de pedigüeños y vamos llamando de puerta en puerta. Nos dan muchos portazos en la cara, pero seguimos tirando con ilusión para adelante. No hay digamos un gran patrocinador, pero sí pequeños comercios de San Fernando que con su aportación nos ayudan a que esto pueda seguir hacia adelante.

—¿Cuánto puede costarle una temporada al Bm San Fernando?
—Podemos tener de presupuesto una temporada entre 8.000 y 10.000 euros, contando con que nosotros tenemos cuatro equipos de base de las categorías de benjamines y alevines, luego uno infantil, otro cadete, un equipo senior masculino y uno de veteranas femenino. Sobre todo el que más dinero se lleva, casi un 50 por ciento del presupuesto, es el equipo masculino que es el que tiene más gastos sobre todo por los desplazamientos, arbitrajes y los gastos federativos que conlleva. Y el resto del dinero es para la base y el equipo femenino.   

—En ese trabajo que hacen ustedes con la base, ¿solo se les enseña a jugar a balonmano o también valores educativos dentro del deporte?
—Yo creo que los clubes deportivos no tienen solamente la función meramente deportiva, sino que la gente no se da cuenta de la función social que representa hacer algún tipo de deporte. No solo se enseñan las técnicas del deporte que están practicando, sino una manera de comportarse en la vida, una serie de normas. Eso se refleja a la hora de actuar con el adversario, con los compañeros que juegan. Todo esos comportamiento, si se van corrigiendo lo mismo que lo hace a la hora de practicar deporte, luego lo trasladan al resto de la sociedad en el mundo en el que se desenvuelve. Repito, que no es solamente la labor deportiva que hacen estos clubes, sino también la labor social que realizan al sacar al niño de la calle e integrarlo en un grupo social, donde aprenden no solo unas habilidades deportivas, sino también unas pautas para moverse en la sociedad.

—¿Y sabe si esas pautas las mantienen hasta que se hacen adultos?
—Sí, concretamente el equipo de veteranas que tenemos ahora donde todas han sido jugadoras nuestras, hoy están casadas, con hijos y situadas en la sociedad actual. Muchas veces, y es una pelea que tenemos incluso con los chavales, les decimos que del balonmano nadie va a comer. Ellos tienen que mirar que su futuro son los estudios y fraguarse un futuro laboral. Que el balonmano les puede servir, pues sí que les sirve. Afortunadamente, y pongo el ejemplo de nuestro club, yo miro nuestro equipo senior y le diría que el 50 por ciento o más tiene los estudios universitarios terminados.

—¿El hecho de que usted sea docente ha jugado un papel importante en esta filosofía?
—Yo siempre he sido una persona muy implicada en este aspecto. Yo ya no entreno, pero yo me lleve mucho tiempo llevando las escuelas del Juan Díaz de Solís, en el que trabajo, y han salido muchísimos alumnos de los que hoy han sido o son jugadores del club. Ha sido una implicación también en este aspecto con los niños. Siempre me ha gustado estar en contacto con la base y nunca he tenido metas mayores a la hora de entrenar. 

—¿Ha llegado a castigar a algún jugador por sacar malas notas?
—Nosotros concretamente no, antes lo ha castigado su padre. De todas maneras, existen conceptos erróneos. Muchas veces nos vienen algunos padres diciéndonos que han quitado a sus hijos de ir a entrenar porque las notas no han sido buenas, luego le preguntas al tiempo que cómo le han ido las notas tras quitarlo de entrenar y te dicen que no mejoran, que siguen igual. Se dan cuenta de que el deporte no era la causa de que su hijo sacara malas notas. Yo creo que las dos cosas son compatibles y yo lo he vivido con mi propio hijo. El hacer deporte no está reñido con el estudiar. El 90 por ciento de los chavales en edad escolar realizan actividades deportivas y eso no les quita tiempo para rendir en los estudios. Son dos cosas compatibles, aunque lógicamente con un poco más de esfuerzo, sobre todo a más edad.      

—Me decía antes que las veteranas han vuelto al club con mucha fuerza.
—Sí, han vuelto las antiguas jugadoras que se pueden considerar veteranas, entre comillas, que han llegado con mucha fuerza y nos han puesto un poco las pilas a los que ya estábamos. Se están encargando de organizar actividades en el club y hace dos semanas jugaron un partido contra las veteranas de Algeciras, y muchas de ellas ni siquiera durmieron la noche anterior por las ganas que tenían de volver a jugar tras tres meses entrenando. Eran como niñas chicas la Noche de Reyes. Han llegado al club con muchas ganas y aportando sangre nueva. Están organizando actividades, realizando visitas a los colegios y reclutando a nuevos jugadores. Nos han dado un empujón que nos hacía mucha falta.   

—¿Qué puede adelantar de los actos del 25 aniversario?
—Nuestra idea era haberlo organizado un poco antes en abril, pero coincide con el Campeonato de España de minibasket. Vamos a comenzar la última semana de abril y la primera de mayo. Nos vamos a basar en dos aspectos; uno sería el meramente deportivo con partidos, y el otro sería de conferencias y clinics. El primer fin de semana pretendemos que el viernes haya conferencias en el pabellón con parte teórica y otra práctica. El sábado lo dedicaríamos al balonmano provincial con todas las categorías y con varios clubes llegados desde distintos puntos de Cádiz. El segundo fin de semana, que sería ya en mayo, habría una mesa redonda en la Casa de la Cultura donde se analizará el futuro del balonmano en la provincia. Luego habría un partido entre antiguos jugadores de San Fernando en Bahía Sur. La última semana se dedicaría a una charla y conferencia sobre el balonmano playa a cargo del seleccionador nacional, que es de aquí de San Fernando.

—¿Van a contar con el respaldo del Ayuntamiento?
—Estamos un poco pendientes de cerrar varias cosas. Lo primero es mantener una reunión con el alcalde para poder presentarle el proyecto, no solo como alcalde sino como presidente de la Diputación, ya que queremos que se implique con motivo de ese día del balonmano a nivel provincial. Contamos ya con al respaldo de las concejalías de Deportes y de Cultura. Estamos en contacto con el departamento de Deportes de la UCA y estamos pendientes también de un instituto de San Fernando para que los alumnos puedan asistir y se enteren de qué va el mundo del balonmano. Nos gustaría también poder lograr una ayuda económica para poder celebrar una comida de confraternización con todos los clubes que van a venir de toda la provincia el primer fin de semana de celebraciones.   

—¿Ve al club cumpliendo otros 25 años?
—Yo espero que sí. Creo que los años peores han sido los dos o tres últimos y ahora toca remontar el vuelo y para eso contamos con ese aire nuevo que nos han dado las veteranas. Ojalá se cumplan otros 25 años y los podamos celebrar con mucha más gente de las que ahora mismo forman el Bm San Fernando.

—¿Se le ha pasado por la cabeza alguna vez durante todos estos años tirar la toalla?
—Muchísimas veces y más estos dos o tres últimos años. Si no me he ido ha sido porque los propios compañeros me han cerrado las puertas. A mi este año y el anterior eso de que te estén dando constantemente portazos en la cara y también que haya muy buenas palabras, pero luego de nada, han hecho que me lo haya planteado en multitud de ocasiones. Pero lo cierto es que ahora me encuentro con mucha ilusión, aunque también me gustaría que hubiese alguien que me relevara y cogiese la batuta. Ya son muchos años en esto y te cansas de tantas buenas palabras y falta de soluciones a los problemas que se nos presentan. El dedicarse a deportes de este tipo amateur supone quitarle tiempo a la familia, al ocio, disgustos, gastos y llega un momento que uno piensa que hace falta alguien nuevo.

—¿Le he querido entender que le ha costado dinero el balonmano de su bolsillo?
—Hombre nos ha costado dinero en el sentido de que has tenido que usar tu coche para llevar a niños, gastos de teléfono, no son gastos son muy grandes. Quizás no es tanto la cuestión económica, sino más bien el tiempo que le quitas a tu familia o llegar un fin de semana y llevar a los jugadores a un lado u a otro, tener que buscar dinero por todos sitios, etc. Allí nadie cobra e incluso un jugador senior nuestro el hecho de jugar les cuesta 300 euros durante la temporada.

—¿Cuántas veces ha escuchado en estos once años lo de San Fernando Ciudad del Deporte?
—Muchísimas.

—¿Y considera que es cierto?
—Ha cambiado mucho. Creo que hubo un tiempo cuando aparecieron las escuelas deportivas municipales que esta ciudad vivió un boom deportivo que le ha permitido vivir de las rentas hasta hace bien poco. Lo que sucedió es que las escuelas deportivas ya no funcionaban como funcionaban al principio y desaparecieron. Eso se está notando en el deporte. De todas formas yo pienso que los clubes nos estamos equivocando en nuestro planteamiento ya que cogemos a un niño de cinco o seis años para que se dedique solo a un deporte, cuando yo creo que esa no es la idea de un club deportivo, sino que hay que dejarle hasta los once o doce años para que haga varios deportes y que luego escoja el que le guste. Esto tiene una segunda lectura y es que los clubes se financien, es decir, que están pagando desde que tienen cinco o seis años y ese es un dinero que le sirven a las entidades para funcionar. Creo que San Fernando sigue siendo Ciudad del Deporte, pero yo diría de un deporte más que de otros y a buen entendedor pocas palabras bastan. Lo digo porque las ayudas a determinados deportes son muchas más amplías que para otros. Para lo bueno y para lo malo todos sabemos cuál es ese deporte. Esto funcionado así, ha funcionado así y seguirá funcionando así. Ya me gustaría a mi tener esas ayudas, pero lo que no puede ser no puede ser.       

—¿Le da coraje que se hable de crisis y se les recorte en las ayudas municipales a unos clubes y se les suba a otros¿ ¿O todos  moros o todos cristianos?
—Exacto, es así desgraciadamente. Pero eso no solo pasa a nivel local, sino también a nivel nacional. Yo repito que nosotros no hacemos solo una labor deportiva, sino también una labor social y todas las instituciones debería de tener en cuenta esto a la hora de decidir las subvenciones.

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