La playa de Camposoto vivió este martes un fenómeno que, cuando menos, resulta más que llamativo y es que la marea alcanzó los 110 grados de coeficiente, siendo una de las más grandes del año.
Esta situación ha derivado en que muchos de los usuarios de la playa isleña se hayan visto obligados a replegar toallas, sillas, sombrillas y demás enseres prácticamente hasta el cordón dunar, con el consiguiente agolpamiento de personas en un espacio de tan reducidas dimensiones. Otros directamente han optado por recoger sus cosas y marcharse, o como ha sucedido en la última pista de la playa, donde han sido muchos los que han decidido prolongar su día de playa en la misma orilla del caño.
Es aquí cuando surge la eterna pregunta, ¿es necesaria una apuesta decidida por regenerar la playa de Camposoto y echar más arena de la que se genera de forma natural? A tenor de las imágenes parece obvio.
Ya el pasado verano Costas realizó una regeneración después de los temporales de invierno, si bien no fue toda lo ambiciosa que hubiese sido necesario tal y como sucedió en el año 2010.
Lo cierto en toda esta historia es que existe un informe de los técnicos municipales que data precisamente del pasado año y en el que se deja claro que los principales defectos que se advirtieron en Camposoto y que aparecen en el citado informe es que existe un defecto de volumen de arena en la franja de costa comprendida entre el cordón dunar y la orilla y la mayor parte de éste se concentra entre el tramo comprendido entre el acceso número cuatro y en una longitud aproximada de quinientos metros una vez pasado el acceso número ocho.