El Ministerio de Defensa ha elevado a la Dirección General de Patrimonio del Estado del Ministerio de Hacienda y Función Pública, para su pronunciamiento, la petición de desafectación de campo de tiro de Camposoto, situado entre la carretera y la zona prohibido de la playa. Se trata de un paso más en una tramitación solicitada por el partido Plataforma 3R que se dirigió a la ministra del ramo esgrimiendo razones de agradecimiento del Estado a la ciudad por los servicios prestados en la Defensa Nacional.
La admisión a trámite no pasa de ser un paso más y ni por asomo puede hacer pensar en una desafectación por el simple hecho de ser admitido. De hecho y con argumentos muchos más contundentes que una cuestión de sentimentalismo ha sido denegado una y otra vez, a pesar de que ya apenas se usa y existe una galería de tiro en la Clica que tuvo un coste superior a los ocho millones de euros.
La única vez que hubo un pronunciamiento firme de Defensa sobre la desafectación de esa zona fue cuando se propuso construir la galería de tiro dentro del acuartelamiento de Camposoto, lo que se rechazó de plano al convertirse en una hipoteca para una futura desafectación de esos terrenos capitales en el desarrollo turístico.
No obstante, tampoco es cuestión de echar por tierra la satisfacción de 3R, que en un comunicado de prensa se ha congratulado de "lo que representa esta noticia, no sólo porque ha sido admitido a trámite la petición por las características del instrumento jurídico empleado, sino porque se abre la posibilidad de que pudiéramos estar en la antesaladel desarrollo civil de las bondades turísticas, económicas, medioambientales y sociales de esta mítica playa que es Camposoto, pudiendo revertir esos beneficios a la sociedad civil isleña".
O sea, lo que se viene diciendo en San Fernando desde hace más de treinta años y que cuando ha existido alguna posibilidad de desafectar esos suelos -el campo de tiro e incluso parte del acuartelamiento- se ha dado marcha atras por parte de autoridades y asociaciones temiendo las pérdidas económicas que supondrían la marcha de los militares de Tierra, o en el caso del último movimiento a favor del Centro de Formación de Tropa (CEFOT), diciendo que "sí a la desafectación, pero ahora, no".
Un ejemplo de la errática política local sobre el desarrollo turístico de la ciudad a través del uso de los terrenos de Defensa. Ni que decir tiene que el descomunal Parque Natural es la otra rémora toda vez que la Junta de Andalucía, es ese espacio, ni come -no lo mantiene- ni deja comer.
Eso sin olvidar -cuestión de tirar de hemerotecas- que los proyectos presentados para convencer a Defensa del gran bien que se le podía hacer a una ciudad estrangulada por las servidumbres de todo tipo no han pasado de infografías de casitas de un solo piso, minúsculos campos de golf o, peor, un complejo cancuniano que no se lo creían ni los que lo dibujaron.