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Ahora se verá si el Obispado se hace el ofendido para aparentar ser el bueno... o lo es

La Escuela San Jose esgrime el contrato en el que no se admite prórroga y ha intentado incluso poner la gestión en manos del Obispado para que no se cierre.

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  • Hospital de San José.

El representante legal de la Escuela San José se pondrá en contacto “inmediatamente” con el Obispado con intención de reconducir las negociaciones y llegar a un acuerdo viable para ambas partes. 

Esta es la parte más importante del comunicado de la mercantil Centro de Educación Integral S.L (que es el nombre de la Escuela San José) porque de esas conversaciones, si las hubiera, saldría a relucir la voluntad de llegar a un acuerdo entre las partes sin que nadie se tome la revancha por declaraciones u omisiones que haya podido haber y se mire únicamente por el interés de los alumnos, docentes y personal de mantenimiento del centro educativo. Y los de la Iglesia, obviamente.

Los titulares de la Escuela San José han manifestado este sábado su total desacuerdo con el desmentido publicado por el Obispado sobre la situación creada por la finalización de la prórroga del contrato, ya que en el acuerdo vigente y redactado por el propio Obispado se especifica que “no se va a renovar en ningún caso el arrendamiento” y se añade “como contenido obligacional y esencial de este contrato el compromiso de no ofertar plazas educativas para el curso 2021/2022”. 

O sea, eso por escrito y contractual, por lo que ante tal contundencia la Escuela no tenía que haber solicitado nueva prórroga como decía el Obispado que no había hecho. Fue la Diócesis la que obligó a firmar el ultimátum.

Y es más, sigue diciendo el comunicado de la Escuela, “en numerosas ocasiones, tras mantener diversos contactos con el Obispado, éste reiteró su postura acerca de la no renovación”. 

Posteriormente, el representante legal de la Escuela contactó nuevamente con la Ecónoma, “volviendo a manifestarse en los mismos términos e incluso mostrando su desagrado ante la insistencia por nuestra parte”. Hay que decir que la Ecónoma es Carmen Lobato Herrero, abogada y ex concejal del Partido Popular en San Fernando.

“Es por ello que consideramos que no existía ninguna intención de negociar la renovación del contrato, viéndonos abocados a renunciar a la solicitud de concierto y comunicar la decisión al personal del Centro y a las familias del alumnado”, dice la Escuela. 

“Por supuesto que esta Titularidad agradece y valora la intención conciliadora manifestada por el Obispado en su comunicado y, por ello, consideramos necesario y más adecuado mantener una comunicación directa, puesto que lo situación es lo suficientemente seria y dolorosa como para hacerlo públicamente”.

La pelota ahora está en el tejado de la Diócesis y queda por ver si las manifestaciones de la dirección se consideran ajustadas a las circunstancias determinadas y contractuales o son utilizadas como excusa para romper cualquier lazo y consumar la finalización del contrato y de la actividad de la escuela convirtiendo al Obispado en el agraviado de todo este asunto.

Este periódico ha podido saber que los intentos de interlocución con el Obispado no han partido sólo de la titularidad de la empresa sino incluso de los propios profesores. Y es más, incluso se ha ofrecido la gestión al propio Obispado con tal de que mantenga los puestos de trabajo de los docentes y el personas de mantenimiento, además de oferta educativa.

 

 

 

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