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Onofre Rojano presenta su última obra en Sanlúcar

Lectura de La Ciudad Transida este viernes en la Hermandad del Rocío

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  • Onofre Rojano. -

El próximo viernes 14 de septiembre a las 20.30h el poeta Onofre Rojano realizará una lectura monográfica de su obra La ciudad transida en la Hermandad del Rocío.

Onofre Rojano (Sevilla, 1943) publica su primera obra, Las horas caídas, en 1967 y es a partir de ese momento cuando comienza a desarrollar una prolífica carrera literaria en teatro, prosa (narraciones y cuentos infantiles) y poesía, publicando hasta la fecha más de una veintena de libros entre los que sobresalen Gentes del sur (1973), Vegetal silencio (1992) o Escalera de incendios (2006).
Fundador en 1977, junto con otros poetas, del Grupo Barro y codirector de la Colección “Vasija”, editada por Barro desde 1978, ha sido jurado en numerosos certámenes literarios, participado asiduamente en publicaciones especializadas y recibido más de una treintena de premios durante su trayectoria, entre los que destacan el Cálamo de Poesía Erótica (Gijón, 2011), el Antonio Machado (Sevilla, 2007) o el Francisco de Quevedo (Madrid, 1991).

En La ciudad transida Onofre Rojano entrega sus mejores versos a Sevilla, homenajeándola con una colección de poemas en los que la ciudad despliega todo su encanto, belleza y sensualidad. El poeta nos invita a un paseo por su ciudad, la que él conoce, la que le cautiva y le emociona, la que le despierta la nostalgia y la que le hace desear que esos instantes fueran duraderos y no se empañaran con una realidad que a veces es dolorosa. En este paseo literario los versos se transforman en un álbum fotográfico donde tienen cabida tanto la tradición centenaria de los seises como la exuberancia arquitectónica de las setas de la Encarnación, los rincones más conocidos y los más secretos, los tonos sepia de una antigua procesión del corpus con los flashes y cámaras digitales de los enjambres de turistas irrumpiendo en la recoleta plaza de Santa Marta.
 

La ciudad transida muestra a una Sevilla fotogénica, que se presta al juego de ser poetizada, y en sus imágenes encontramos un testimonio personal de amor y nostalgia, de queja y melancolía entre la realidad y el deseo.

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