Lloviendo a cántaros y con el trasfondo de las movilizaciones agrarias,
Publicaciones del Sur 7.0 ha analizado los
Desafíos de la Agricultura Andaluza con e
uroparlamentarios y representantes del sector en un encuentro en el que, con sus matices, han concluido que la
Política Agraria Común (PAC) necesita cambios que permitan reducir la burocracia,
reformar la política comercial para garantizar la i
gualdad frente a competidores terceros,
modificar la gestión del agua y buscar
mejoras para la rentabilidad, que pasa por cambios en ámbitos como el
IVA compensado, en los
subsidios o aplicar la
Ley de Calidad Alimentaria pero con instrumentos útiles.
Fueron algunas de las conclusiones que se extrajeron de un encuentro en la Escuela Superior de Hostelería de Sevilla en el que participaron los europarlamentarios
Juan Ignacio Zoido, del PP, y
Clara Aguilera, del PSOE, además de
Ricardo Serra (Asaja Andalucía),
Miguel López (Coag Andalucía),
Cristóbal Cano (UPA Andalucía) y
Jaime Martínez Conradi (Cooperativas Agroalimentarias de Andalucía) bajo el
patrocinio de Agrobank, cuyo director territorial en Andalucía,
Juan Ignacio Zafra, no sólo consideró que los agricultores andaluces
son “los mejores” en tecnología y garantías de calidad y control, sino que defendió al sector como
“magnífico, serio, pagador y nos va a tener siempre a su lado”. De hecho, su entidad otorgó el pasado año
5.500 millones en créditos al sector, un 4% más a pesar de la sequía, y cuenta con
384 oficinas en entornos rurales, 116 de ellas en poblaciones en las que son la única entidad.
El encuentro contó con dos apartados bien diferenciados, un
coloquio entre los dos europarlamentarios y un
encuentro entre los principales
representantes del sector, aunque todos
coincidieron, no sólo en que
son justas las reivindicaciones de agricultores y ganaderos, sino en la
excesiva burocracia que rodea a una PAC que, con matices, t
odos quieren cambiar y, aunque reconocen que se están
dando pasos en ese sentido, hay que fijarla
antes de las elecciones.
“Compromiso serio, público y firmado”, resumía Ricardo Serra, que, como el resto, no se fía ni de los partidos ni de Bruselas, aunando la sensación de todos:
La PAC siempre se ha hecho de espaldas al campo.
Ante la pertinaz
sequía, Aguilera afirmaba que
no basta ya la Directiva del Agua y hay que apostar por otras vías como las
aguas residuales, que Miguel López recordaba después que es
obligatorio desde 2008, y se mostraba muy
crítica con la gestión de las diferentes cuencas hidrográficas, extremo que corroboraron todos los presentes y para la que los representantes del sector apostaron por una nueva redistribución. La clave, que
no hay interlocución con Transición Ecológica, de quien dependen las políticas de agua, mientras Zoido apostó por un
reparto en función del estrés hídrico, como defiende el presidente Juanma Moreno, y por
trasvases, recordando Martínez que
“ni se sabe dónde está el agua” de la presa de Alqueva, que está en Portugal pero con aguas españolas.
Las críticas principales se dirigieron a la
PAC. Aunque Aguilera defendió su necesidad, reconoció que debe haber cambios para reducir la
excesiva burocracia (“no lo hemos conseguido”, reconocía), actuar sobre la
política comercial para que a países terceros se les exija los
mismos criterios sociales y ambientales, y que las
ayudas no vayan destinadas a la tierra sino
al agricultor. En todo coincidió Zoido, aunque recordó que su partido no lo apoyó y que la PAC está para
la agricultura, “no para resolver los problemas de biodiversidad, de cambio climático, de salud o bienestar animal”.
Los representantes del sector fueron mucho
más críticos.
“Nos hemos cargado el sistema de producción porque vamos enfocados al mercado”, decía Miguel López, que reclamana
ordenar los mercados, “quitarle papeles” a la PAC “que
parece que estamos manejando explosivos”, apostar por la
calidad y la seguridad “pero a lo que venga igual” y recordaba que “
no hay salarios en condiciones y no hay gente porque los que estamos no podemos pagar más".
Cristóbal Cano defendía el
“modelo de éxito” del sector agrario andaluz, como también lo hacía Jaime Martínez Conradi, ya que las cooperativas lideran exportaciones pero, en cambio,
“estamos arruinados”, mientras Ricardo Serra apuntaba que la
PAC “no es que haya ido demasiado lejos, es que
ha ido en la dirección equivocada”, reclamando un cambio de verdad porque
los agricultores “no pueden ser verdes si sus números están en rojo”.
Reclamaban inversiones en infraestructuras, mentalidad abierta y un nuevo reparto del agua para hacer frente a la sequía y al cambio climático,
más responsabilidad en el uso y control de los recursos hídricos y lamentaban que, aunque
siempre ha habido interlocución con el Estado y con la Junta de Andalucía, menos con Medio Ambiente o Transición Ecológica,
“otra cosa es que te hagan más o menos caso", por lo que reclamaban “un compromiso serio más allá de las buenas palabras”.
Además, solicitaban
cambios en la aplicación del IVA compensado “porque no somos grandes empresarios, somos autónomos” y
aplicar de verdad la Ley de Cadena Alimentaria, con instrumentos como el
Observatorio de Precios y de Márgenes Comerciales, “los agricultores y consumidores son los que peor los pasan”, ya que las cadenas de distribución “son independientes” y sus márgenes comerciales hay que limitarlos con
publicidad, control, inspección y sanción.
También
respaldaron los contingentes de extranjeros contratados en origen, pero reconocieron que
“algo falla” si en un pueblo con un 40% de paro, los nacionales no quieren trabajar. Martínez situó el problema en que la
contratación temporal en el campo, necesaria en las campañas, se “penaliza como precariedad” cuando no es así, y coincidieron en que al jornalero
“no le compensa” perder su subsidio. “
No le cortes el subsidio, que estará cotizando a la Seguridad Social y a Hacienda”, reflexionaba Miguel López con el asentimiento del resto de los presentes. Para todos,
no habrá relevo generacional si no hay rentabilidad, la clave del futuro del agro andaluz.