El
cultivo del arroz se ha convertido en una
“simbiosis” perfecta entre agricultura y medio ambiente, tras constatarse científicamente que
disminuye el nivel de nitratos en el agua, un
filtro de la marisma que cuenta ahora con un
“punto de inflexión”, los
240 millones de euros que se van a invertir en la
modernización y mejora de la eficiencia de los riegos del Bajo Guadalquivir, cinco proyectos, uno de ellos ya en ejecución, que estarán
culminados en cinco o seis años.
Son algunas de las principales
conclusiones que se extraen de las jornadas
‘Avances en el Cultivo del Arroz’, organizadas por
Publicaciones del Sur y Ebro Foods en la sede de la Fundación
Cajasol, con las
comunidades de regantes de la zona y la
Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (
CHG), en las que se ha puesto en evidencia que los
264 hectómetros cúbicos de agua con los que contará el sector para la
próxima campaña suponen una “oportunidad” tras cinco años y medio de
sequía que obliga a los productores a “
hacer números” pero también a “
recuperar el mercado”, copado por las grandes distribuidoras y los países del tratado EBA, por lo que
Juan Parias, de Ebro Foods, llamó a Bruselas a
proteger las 1,8 millones de toneladas al año de
arroz que se producen en Europa, el 10% de ellos en Sevilla.
El sector podría tener un hándicap importante en el
aspecto ambiental pero todos los estudios científicos (
CSIC) están demostrando que
el arroz es un filtro perfecto para reducir los niveles de nitratos, una
simbiosis perfecta entre agricultura y medio ambiente que se complementa con el hecho de que los arrozales se convirtieron en
“marismas de sustitución”, en palabras de
Rafael Seiz, de
WWF, durante la sequía, lo que corroboraron todos los presentes en las jornadas.
El aspecto ambiental pero también el
económico y social es el que se puso en evidencia en las jornadas, con un sector que se enfrenta a
grandes retos, especialmente por la
salinidad recurrente y las
mareas, y para el que
las infraestructuras son claves para su futuro, pero también el análisis de
propuestas de futuro como las
desalobradoras o las
balsas para riegos.
Para el p
residente de la CHG, Joaquín Páez, el “
punto de inflexión” está en la aprobación del
proyecto de modernización y eficiencia del Bajo Guadalquivir, 240 millones en cinco proyectos de los que uno ya es una realidad al estar
ejecutándose, el del Tramo Origen, y que permitirá,
“con todas las salvaguardas ambientales”, que el cultivo del arroz mantenga su i
mportancia estratégica y social y dé paso a nuevas oportunidades para un
sector que es “un gran desconocido”.
Además, Páez quiso destacar que la
eficiencia en el uso del agua no sólo beneficiará al Bajo Guadalquivir, sino
al conjunto de la cuenca, recordando que es la zona
“más vulnerable” al cambio climático no sólo de Andalucía sino de toda Europa.
Los beneficios de este proyecto centraron buena parte de las intervenciones del debate que reunió a los
representantes de los regantes de la margen derecha (
Álvaro Pallarés),
izquierda (
Pedro Rebuelta) y
Feragua (
José Manuel Cepeda), y a la
directora técnica de la CHG, Nuria Jiménez. El
ahorro de agua, la
reducción del consumo energético y la
garantía de dotación de agua dulce frente a la salinidad fueron algunos de los aspectos que detallaron los expertos.
Otras claves:
Llamamiento a la colaboración: Todos los participantes coincidieron en la necesidad de garantizar el futuro del arroz y del entorno de Doñana con la colaboración de todos: “que nos sentemos con honestidad”, decía Seiz.
El sector también mira el futuro: Garantizado el aporte de agua para esta campaña y con la previsión de las obras, el sector también habló de la industria cangrejera, de garantizar los caladeros y hasta del hidrógeno verde.
El programa especial se emitirá este sábado, 11 de mayo, a las 20.00 en 7TV