Los políticos mueren por la boca, como el pez, y pierden las mejores oportunidades de callarse. Es lo que le ha ocurrido a Zoido, obligado a ejercer su particular bicefalia, cual Jano bifronte, de alcalde de Sevilla y de líder del PP andaluz simultáneamente. Zoido se puso la chaqueta de sucesor de Arenas en vísperas de que el Consejo de Gobierno de la Junta aprobara los Presupuestos de Andalucía -los de la “resistencia”, según Carmen Aguayo- para 2013, y se mostró dispuesto a darle unas lecciones de economía a Griñán, como aquellas que Jordi Sevilla le iba a dar en dos tardes a Zapatero. Y así le fue a este último y, de paso a todos nosotros, ya que el expresidente del Gobierno se empecinó en negar la evidencia de la crisis y cuando reaccionó fue demasiado tarde, obligado por la Merkel a marchar el primero por la senda del recorte del déficit público y a reformar la Constitución en tal sentido, aun a costa de sacrificar sus creencias y su programa electoral.
Zoido le lanzó desde la Junta Directiva del PP (A), reunida en Córdoba, un mensaje al presidente de la Junta, en estos términos: “Griñán no puede olvidar que el Presupuesto es una herramienta que tiene que servir en esta ocasión más que nunca para crear empleo, para contener el gasto y para sentar las bases del crecimiento económico”. Según el alcalde hispalense/presidente del PP (A), Griñán “ha tirado la toalla” en la lucha contra la crisis y el desempleo como, a su juicio, han demostrado los datos de la última Encuesta de Población Activa (EPA) sobre Andalucía, donde se registra una tasa de paro del 35%, y sobre otras comunidades autónomas gobernadas por el PP, “donde -ha dicho- se crea empleo aun en recesión”. Por eso, generoso, Zoido anunció que va a ofrecerle en los próximos días al Gobierno andaluz “la receta para que saque a Andalucía de la crisis y empecemos a contener el paro primero y, después, a crecer en el empleo”.
El talón de aquiles de Zoido es que su argumentación como líder de la oposición andaluza, sin responsabilidad de gobierno, se vuelve contra él con un efecto ‘boomerang’ en su otra condición de alcalde de Sevilla. Si Zoido alardea ante Griñán de que posee la receta de la pócima mágica contra el paro, el presidente de la Junta podría plantearle que cómo es posible que en tal caso no la haya aplicado aún en Sevilla, la ciudad que gobierna desde hace 17 meses y en la que el paro no ha dejado de incrementarse pese a haberse autotitulado Zoido como el alcalde del empleo.
Cuando el líder del PP (A) tomó el bastón de mando municipal, había en Sevilla capital 77.079 parados. La última estadística oficial del Ministerio de Empleo y Seguridad Social, referida a septiembre, reveló que actualmente hay 88.819, es decir, 11.740 más sólo durante la ‘era Zoido’, con el preocupante añadido de que de los 2.549 nuevos desempleados en toda la provincia, 2.150 (el 84% del total) correspondían a Sevilla capital, la ciudad gobernada por el líder del PP (A) y donde, tal como reflejan los datos, parece que no surte efecto la receta presupuestaria del Ayuntamiento.
Tal para cual
Los Presupuestos de la Junta, a su escala, son tan rácanos para Sevilla y su provincia como los del Gobierno de la nación, debido a la situación de emergencia económica en que nos hallamos, a la necesidad de tratar de cumplir el déficit público (otra cosa es que se consiga a final de año, meta harto difícil, pese a las indulgencias de Bruselas y la ampliación del plazo concedida) y al compromiso en tal sentido suscrito por la Conferencia de presidentes celebrada en el Senado.
El Gobierno andaluz mete las tijeras por doquier y deja sin dinero el Metro, los tranvías, la Ciudad de la Justicia y los museos, y aplica recortes sin compasión al Teatro de la Maestranza y la Real Orquesta Sinfónica porque, en palabras de la consejera de Hacienda, “la prioridad es la atención en los hospitales y no que el Aljarafe tenga tranvía”. Exactamente igual ha hecho el Ejecutivo de Rajoy con la SE-40, los museos, el Maestranza y la ROSS, aunque pese a ello y según el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, los Presupuestos del Estado son “los más sociales de la historia”.
Con la demagogia habitual que tanto fatiga e indigna ya a los ciudadanos, la clase política se ha dedicado a defender, tumbar, guardar silencio o hablar en relación con los Presupuestos del Gobierno y/o de la Junta en función de su adscripción al PSOE o al PP, viendo lo blanco negro y viceversa según sea su ideología. Así, Zoido le pedía a Griñán contención en el gasto público para luego reprocharle los recortes practicados. Griñán, por su parte, dice que sus Presupuestos tienen “alma socialista” y que “desmienten a una derecha empeñada en salvar a los bancos” y resulta que incrementa en un 75% la partida ( 2.532 millones de euros) destinada a pagar a bancos e inversores las amortizaciones e intereses por nuestra deuda pública.
Por ahora, la única receta que unos y otros aplican contra la crisis son recortes y más recortes, mientras el país se ve abocado a contabilizar seis millones de parados, sin que de momento ninguna medida surta efecto pese a las “señales” de salida del túnel que dice atisbar la ministra Fátima Báñez, en contraste con todos los indicadores y previsiones de los analistas económicos.
Violencia doméstica
Mientras en Sevilla hay ya más de 42.200 personas que para poder comer deben recurrir al Banco de Alimentos, que en el último año ha distribuido casi 4,5 millones de kilos de comida entre 383 asociaciones y entidades dedicadas a socorrer a los necesitados en un ejemplo de solidaridad y de cohesión social, es preocupante la falta de reflejos que está mostrando el Ayuntamiento de Sevilla ante los colectivos más vulnerables en esta hora crítica.
La Corporación municipal ha rectificado un acuerdo adoptado el 29 de abril de 2010 (gobierno PSOE-IU) por el que se destinaba una parcela a la construcción de un bloque de 32 viviendas-puente para mujeres víctimas de la violencia doméstica, con la prestación de servicios complementarios, y ha decidido ahora que esos pisos sean ocupados por universitarios.
Sin que la Delegación de Familia, Asuntos Sociales y Zonas de Especial Actuación, cuya titular es Dolores De Pablo-Blanco, haya alzado públicamente la voz en contra de este cambio de uso, el gobierno local arguye que ha procedido de esta manera porque estaba obligado a dar publicidad a la licitación de la explotación y gestión de esas viviendas, con lo cual habría puesto en peligro la integridad física de las mujeres maltratadas por sus parejas al revelar así la ubicación de los pisos de acogida.
Paradójicamente, tan sólo unos días antes se había conocido que el Ayuntamiento había adjudicado la instalación y explotación de tres kioscos-bares en tres parques de la ciudad (Tamarguillo, Miraflores e Infanta Elena) mediante un concurso negociado sin publicidad y pese a un informe en contra de la Intervención Municipal, que consideraba obligada la convocatoria de un concurso público para que se pudiera haber presentado al mismo cualquier empresa potencialmente interesada.
Los kioscos-bares
Por el contrario, el Ayuntamiento que Zoido definió como el de la “luz y taquígrafos”, optó por invitar única y exclusivamente a una sola empresa a hacerse con la concesión administrativa de estos tres kioscos-bares por un plazo de diez años, en lo que ha constituido una adjudicación de las que vulgarmente se dice se dan “a dedo”.
O sea, que para conceder la explotación de los kioscos en los parques, el Ayuntamiento se salta hasta el informe de la Intervención Municipal para adjudicarlos sin ningún tipo de publicidad, pero luego no encuentra ninguna fórmula que no sea el concurso público y publicitado para licitar las viviendas para las víctimas de la violencia doméstica, lo que le da la coartada perfecta para cambiarlas de uso y dejar desvalido a un colectivo con necesidades especiales, muchas más que los universitarios a los que finalmente serán destinadas.
Desahucios
Si a ello se une que, en contra del sentir ciudadano y del anunciado pacto entre PP y PSOE para modificar la legislación que ha permitido hasta ahora desahuciar a 350.000 ciudadanos en toda España y tener a otros 200.000 en lista de espera para ser desalojados de sus casas por la banca rescatada con dinero público, un rescate que no se concede a los ciudadanos en dificultades, si a ello se une, decía, que la Empresa Municipal de la Vivienda de Sevilla (Emvisesa) ha enviado 90 notificaciones de desahucio a otras tantas familias adjudicatarias de sus pisos en el barrio de San Jerónimo por no poder atender los pagos en las actuales circunstancias, el gobierno de Juan Ignacio Zoido ha dado otra muestra de insensibilidad social, cuando tenía en su mano la oportunidad de haberse significado ante la opinión pública local y nacional justamente por lo contrario: dando facilidades para que los adjudicatarios de Emvisesa hubieran podido hacer frente a los pagos con menores cuotas mensuales y/o ampliación de los plazos y habiéndoles evitado el penoso trance del aviso de desahucio y el paso por los Juzgados, por más que ahora el alcalde trate de enmendarle la plana a Emvisesa diciendo que se trata de un mero trámite administrativo y que no concluirá en el lanzamiento de ninguno de sus adjudicatarios.
Zoido, metido en sus batallas macropolíticas y macroeconómicas en cuanto líder del PP(A), está perdiendo como alcalde los reflejos para conectar con el sentir ciudadano y la dedicación a la micropolítica, la receta que le llevó al Poder en Sevilla.