Juan Ignacio Zoido quería “poner orden” en su partido tras la renuncia de Javier Arenas a liderar el PP andaluz pero lo que ha conseguido es que hasta sus propios compañeros cuestionen un liderazgo que ni se ha consolidado ni mucho menos se ha visualizado ante los andaluces. La última encuesta del IESA, que refleja la pérdida de casi 10 puntos en apoyos a los populares y el desconocimiento de Zoido como líder del PP andaluz, ha encendido las alarmas en el seno del partido y son muchos los que hablan de su fracaso a la hora de sustituir a Javier Arenas.
El fracaso de Zoido como nuevo líder del PP andaluz tiene varias explicaciones. En primer lugar, el propio Arenas, cuyo liderazgo interno nunca fue cuestionado incluso por quienes mostraron su oposición pública al ‘dedazo’ que supuso su apuesta clara por Zoido como sustituto: desde Málaga surgieron las primeras voces críticas y en Málaga es donde han residido sus principales choques como presidente del PP, especialmente con el tira y afloja con el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, en cuestiones como la capitalidad, el conflicto del Caixafórum o las infraestructuras como el metro, tema con el que creó bastante recelo incluso en Granada, ciudad siempre suave en las críticas internas de partido.
Elegido por la gran mayoría de los populares en su último congreso andaluz, sobre todo gracias a la confianza que otorgaban sus 20 concejales y su aplastante mayoría absoluta en Sevilla, el conocido ‘efecto Zoido’ no ha tenido reflejo a nivel interno ni tampoco externo, especialmente por su bajo perfil político frente al líder de los socialistas, José Antonio Griñán, ejemplificado cada dos semanas en sus intervenciones parlamentarias, en las que hasta el propio Arenas se ausenta para no robarle protagonismo.
Los socialistas han conseguido, con la ayuda inestimable de IU, que el debate político se centre en los recortes del Gobierno central, mientras el PP se afana en defender a capa y espada a Mariano Rajoy y los suyos, dejando en un segundo plano el debate andaluz, a pesar del partido que podría sacar de temas tan candentes como los ERE y sus tramas adyacentes. El PSOE le ha tomado la delantera al PP y la iniciativa política, que Arenas consiguió llevar también en su última etapa, la ha perdido por completo Juan Ignacio Zoido.
Presidente y alcalde
Pero su doble condición de líder del PP-A y de alcalde de Sevilla le está pasando factura. Nada diligente a la hora de evitar caer en localismos, sus intentos por controlar el partido pasan por el “dejar hacer”, lo que provoca una extraña ambigüedad en la que sus propios compañeros son los que destacan sus valores (como la alcaldesa de Marbella y presidenta interina de la FAMP, Ángeles Muñoz) como alcalde pero no como líder popular.
A eso se une su indefinición ante la candidatura a la Presidencia de la Junta. Fuera de escena un político del peso de Arenas, los populares necesitan un líder frente al PSOE, que no renuncie y por el que hacer campaña desde ya, aunque queden, hipotéticamente, tres años para las elecciones andaluzas. Zoido, que se niega a aclarar si será o no candidato, tuvo que trabajarse en Sevilla cuatro años como oposición, barrio a barrio, socavón a socavón, antes de conseguir la Alcaldía, pero su partido, tras haber ganado por mayoría simple en las últimas andaluzas no puede permitirse el lujo de perder esos apoyos. Y eso es lo que el popular ha hecho en los últimos meses: perder casi diez puntos de apoyo y ser incapaz de que lo visualicen como oponente de Griñán.
Las voces críticas empiezan ya a hablar en el seno del partido. “Esto se nos está yendo de las manos”, decían fuentes del partido el pasado viernes a un confidencial, expresando la preocupación que la ambigüedad y falta de decisión de Zoido puede provocar en un partido que necesita ya a un candidato .
Esperanza Oña, Elías Bendodo, Sebastián Pérez o el propio De la Torre son algunos de los que han manifestado más o menos abiertamente la necesidad de que Zoido dé un giro y tome las riendas del liderazgo antes de que la brecha electoral sea aún mayor.
Los populares andaluces, por experiencia propia, saben lo difícil que es para su partido recuperar posiciones. Le ocurrió a Javier Arenas cuando se marchó al Gobierno de José María Aznar tras conseguir los mejores resultados de su historia en unas elecciones autonómicas. Su vuelta tras el fracaso electoral de Teófila Martínez (elocuentes aquellas lágrimas controladas del 14 de marzo de 2004) le obligaron a trabajar durante ocho años y el rédito conseguido, el de la primera victoria electoral en Andalucía, se ha perdido en menos de seis meses.
Díaz: un problema de liderazgo y un Arenas que lo eclipsa
La consejera de la Presidencia y secretaria general del PSOE de Sevilla, Susana Díaz, afirmó ayer que el presidente del PP-A, Juan Ignacio Zoido, tiene “un problema de liderazgo, está desaparecido” y su antecesor, Javier Arenas, lo está “eclipsando”.
“Arenas es un caso llamativo de político: primero dice que ha ganado las elecciones y luego coge la puerta y se va”, ha ironizado Díaz, que ha agregado que está “eclipsando” a Zoido, porque el presidente del PP-A está “desaparecido” y es un “desconocido”.
Ha insistido en que el PP andaluz tiene “un problema de liderazgo interno brutal” y ha advertido de que estos “problemas internos los pagan los ciudadanos”.
Tras lamentar que hay “miles de familias que lo están pasando muy mal”, Díaz se ha mostrado sorprendida por que el PP “esté a otra cosa y no defiende los intereses de Andalucía”. “No he visto todavía al PP andaluz pedirle a (Mariano) Rajoy que le dé a Andalucía lo que le corresponde”, ha subrayado.