La Audiencia de Sevilla ha condenado a ocho años de inhabilitación a un policía del Grupo de Homicidios por ordenar a sus compañeros la detención ilegal de un conductor con el que había tenido un incidente de tráfico, a quien llegó a romper la ventanilla del coche y exhibir su arma reglamentaria.
Una sentencia de la Sección Primera, a la que ha tenido acceso Efe, explica que los hechos ocurrieron sobre las 15.30 horas del 6 de octubre de 2009, cuando el acusado Juan José B.M., inspector del Cuerpo Nacional de Policía, conducía su motocicleta vestido de paisano y tuvo un incidente de tráfico entre varios vehículos.
Poco después, cuando circulaba por la autovía A-49 en dirección a Sevilla, el acusado oyó un claxon y pudo ver por el espejo retrovisor a uno de los coches que intervinieron en el incidente, por lo que pasó al carril de su derecha para dejarle la vía libre.
Después de que el coche, conducido por José Miguel V.L., hubiera adelantado a la motocicleta que conducía el acusado, éste empezó a hacer señales con la mano para que parara, por lo que el conductor detuvo el coche en el arcén.
"La has cagado, soy policía", dijo el acusado al conductor, si bien no le mostró identificación alguna, ni le exhibió la placa, ni le dijo su número de carné profesional, según los jueces.
Surgió entonces una discusión verbal entre ambos, en el curso de la cual el acusado realizó una llamada al 112 para que se personara en el lugar un patrullero.
Cuando José Miguel V.L. se subió a su coche para irse del lugar, el policía se puso delante para impedir que se fuera, sacó su pistola y tras dirigirse con ella a la ventanilla del conductor rompió el cristal, abrió la puerta, agarró al hombre por la corbata y "lo sacó violentamente del coche".
Entonces el acusado llamó al Grupo de Homicidios, del que él formaba parte como inspector investigador, dio cuenta de su versión de los hechos y pidió los servicios de sus compañeros, quienes acudieron al puesto de la Guardia Civil al que fue trasladado el conductor del vehículo para practicarle una prueba de alcoholemia.
Dos funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía, siguiendo las indicaciones del acusado, procedieron a la detención de José Miguel, quien fue trasladado a las dependencias del Grupo de Homicidios en un vehículo camuflado y se le abrió el correspondiente atestado.
José Miguel V.L. pasó la noche en los calabozos hasta que al día siguiente fue puesto a disposición judicial y quedó libre.
La sentencia considera demostrado un delito de detención ilegal por el que el policía es condenado a ocho años de inhabilitación, multa de cuatro meses y 16 días, con cuota diaria de seis euros, y ora multa de diez días por los daños causados al vehículo contrario, tasados en 89 euros.