El principal acusado de la estafa piramidal de Consta, José Salas, que era el dueño de la empresa, ha declarado hoy en la primera sesión del juicio que el departamento de contabilidad controlaba la documentación de la compañía, los datos de los inversores y cómo organizar los balances y cuentas.
Salas ha dicho, en respuesta a las preguntas del fiscal, que al departamento contable, compuesto por seis personas, "no tenía que darle ninguna orden porque sabían lo que tenían que hacer".
Tras dos horas de cuestiones previas, comenzó el interrogatorio de Salas por parte del fiscal, momento en el que el presidente del tribunal, el magistrado Juan Romeo, instó al acusado para que dejara de sonreír y le recordó que estaba en un juicio en el que la Fiscalía le pide 13 años de prisión.
"Esa sonrisa cómplice sobra totalmente", le dijo el juez a Salas, que se sienta en el banquillo de los acusados junto a su exmujer, Carmen Bautista, para el que la Fiscalía pide seis años de prisión.
En sus respuestas a las preguntas de la Fiscalía, el dueño de Contsa ha dicho que la "gran mayoría" de la financiación de la empresa se lograba a través de inversores particulares.
A esos inversores, ha dicho el acusado, les daba unos rendimientos de dinero de entre el 5 y el 20 % pero no mediante "rentabilidad pura y dura" sino haciéndoles socios de la empresa y participando en los beneficios.
Salas ha reconocido que, cuando en 2008 presentó concurso de acreedores, tenía unos 600 inversores, mientras que la Fiscalía, con datos de los juzgados de lo mercantil, asegura que había mil más.
El acusado ha dicho que no sabe de dónde salían esos mil inversores y ha agregado que el listado con esas personas no las vio nunca y que era algo que dependía del departamento de contabilidad.
A respuestas del fiscal, el acusado ha reconocido que hasta poco antes de presentar el concurso de acreedores no sabía qué suponía esa decisión, y ha reiterado que la documentación para presentarlo en los juzgados la preparó el departamento de contabilidad, el mismo que llevaba todo lo relativo al grupo de empresas de Contsa.
El juicio, con la juez Mercedes Alaya como ponente y en el que hay nueve abogados de la acusación junto al fiscal y dos defensores, se prolongará hasta el 22 de diciembre con dos sesiones semanales.
Según la Fiscalía, los dos acusados son responsables de la quiebra de Contsa, de "estructura piramidal" y en cuyas cuentas dejaron un déficit patrimonial de 87 millones de euros de 1.658 acreedores, que solo estaban registrados en una lista paralela o B que manejaba el acusado.
La actividad mercantil de Contsa se financiaba con inversores privados que suscribían préstamos participativos con intereses de entre el 5 y el 45 %, aunque los más frecuentes eran del 20 %, de modo que atendía al año intereses por valor de 20 millones de euros, según la Fiscalía.