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Sevilla

El cielo se abrió y dio rienda al Domingo de Ramos

El temor a la lluvia provocó la inusual salida de La Borriquita, que acompañó al Amor, durante la noche

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  • La Borriquita -

Amanecía el Domingo de Ramos llorando a mares y angustiando a los cofrades que querían iniciar la Semana Santa, pero el cielo se abrió y los retrasos y esperas, que incluso llevaron a la Borriquita a hacer su estación de penitencia bajo la luz de las estrellas, no pudieron aguar la jornada y el cielo se despejó, maquillando con pinceladas de nubes el cielo azul pero sin dejar que la lluvia -casi presente en algunos momentos- fastidiara la salidad de las Hermandades.

Fue la Hermandad de La Paz la primera en mirar al cielo con angustia desde el barrio del Porvenir, solicitando una hora de espera ante la inestabilidad de unas nubes y unas previsiones que daban chaparrones y que no invitaban a arriesgarse.  Pero se arriesgaba e iniciaba la estación de penitencia más larga del día, acortando parte del recorrido y enfilando con paso firme, sin pausa, la búsqueda del Parque María Luisa. Y no llovió.

Quien no se arriesgó fue la Borriquita, que en lugar de suspender la salida optaba por realizar su estación de penitencia más tarde, acompañando a su hermana de parroquia, por lo que este año la Hermandad de El Amor ha salido con tres pasos, abriendo el paso de La Borriquita el cortejo desde el Salvador, bajo el manto de la noche, como muy pocas veces se le ha visto.

La Hermandad de Jesús Despojado consultó y decidió con seguridad seguir estación por la calle Zaragoza para abrir la Semana Santa oficialmente y ser la primera en pedir la venia en Campana.
La Estrella a esa hora, aunque con dudas, ya había decidido salir: estaban convencidos de que a la Valiente no le iba a llover en su camino hacia la Catedral, aunque pesaba la posibilidad de lluvia en el regreso. Pero ni se hicieron esperar y con puntualidad pusieron su cruz de guía en San Jacinto para enfilar hacia Sevilla, con ritmo, como el resto de cofradías, como queriendo cumplir pero por culpa del tiempo, que esas lluvias de primavera que tantas veces les han fastidiado.

Poco antes, aunque con algo de retraso, decidían salir tanto La Hiniesta como San Roque, hermandades a las que después seguirían, cumpliendo perfecto horario, La Amargura y El Amor, cerrando jornada y con un pellizco en el estómago. Y el Lunes Santo vuelven a dar agua.  

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