La juez de Instrucción número 10 de Sevilla ha dictado auto de apertura de juicio oral por un delito de asesinato y ha impuesto una fianza de 200.000 euros a José Eugenio A.F., el hombre de 52 años que fue detenido el 16 de julio de 2015 en la capital hispalense como presunto autor de la muerte a cuchilladas del vicario parroquial de San Isidoro, Antonio Carlos Martínez Pérez.
En un auto fechado el 6 de junio, al que ha tenido acceso Europa Press, la juez Pilar Ordóñez abre juicio oral contra el acusado, que será enjuiciado por un jurado popular, ratifica la medida cautelar de prisión provisional, comunicada y sin fianza y le requiere para que, en el plazo de 24 horas, pague una fianza de 200.000 euros, advirtiéndole de que, en caso de no prestarla, procederá al embargo de sus bienes.
La instructora le reclama esta indemnización para hacer frente a las posibles indemnizaciones a los familiares del sacerdote, en concreto a su hermano y a sus cinco sobrinos por los daños y perjuicios causados.
La magistrada explica en el auto que tanto la Fiscalía como la acusación particular solicitaron la apertura de juicio oral por un delito de asesinato, mientras que la defensa del acusado mostró su disconformidad con lo anterior al entender que los hechos serían constitutivos de un delito de homicidio con la eximente completa de anomalía o alteración psíquica, o subsidiariamente la atenuante de arrebato u obcecación o eximente incompleta.
La instructora relata que, entre los hechos que serán sometidos a un jurado popular, se recoge que el fallecimiento del vicario se produjo sobre las 20,07 horas del día 16 de julio de 2015, siendo encontrado el cadáver en el portal de su vivienda en el número 8 de la calle Francisco Carrión Mejías.
El cadáver presentaba, según el informe del médico forense, un patrón lesivo fundamental que se corresponde con nueve heridas por arma blanca de tipo inciso-punzante producidas por un arma que ha actuado por la punta y por el borde, heridas que "son compatibles en su producción con el arma blanca que fue intervenida por la Policía Científica cuando procedieron a la detención del acusado y aportada para su examen".
Según precisa la juez, estas heridas estaban localizadas en el hemitórax izquierdo y la región abdominal y afectaban a órganos torácicos y abdominales (pericardio, corazón, hígado e intestino grueso), así como en miembro superior izquierdo, siendo la herida directamente relacionada con el mecanismo de la muerte la producida en la región torácica izquierda por la afectación cardíaca descrita.
"COSIDO A PUÑALADAS"
Y es que esta herida provocó una gran hemorragia interna dando lugar a una hipovolemia aguda (shock hipovolémico), señala la juez, que agrega que las heridas producidas en el miembro superior izquierdo (mano, antebrazo y brazo) "son sugestivas de lesiones típicas de defensa, en un intento de parar acometidas y de sujetar el arma", dando lugar a lesiones de carácter cortante y punzante.
La magistrada asevera que estas lesiones denotan una situación de lucha-defensa con respecto a su agresor, a lo que se suma que todas las heridas observadas en el cadáver "presentan características de vitalidad".
Según los testigos presenciales, éstos observaron que el agresor se marchó en un Seat Altea propiedad del acusado, quien "confesó vía telefónica" a su esposa y sobrina del fallecido que "había cosido a puñaladas a su tío".
CUCHILLOS DE COCINA COMPRADOS EN UN BAZAR CHINO
La juez añade que, sobre las 20,14 horas, fue interceptado el vehículo en la esquina de la calle San Vicente de Paúl, encontrándose en su interior el investigado "portando dos cuchillos de cocina que ese mismo día había comprado en un bazar chino" de Triana.
Al hilo de ello, expone que, una vez examinada la camisa que portaba el fallecido, ésta presentaba tres cortes por penetración en su parte anterior y otra en su parte posterior, "cortes que son compatibles con alguno de los dos cuchillos intervenidos".
Tras los oportunos análisis, fueron encontrados restos de ADN del fallecido en la empuñadura y hoja con restos de sangre de uno de los cuchillos intervenidos, en la sangre recogida del antebrazo izquierdo y en la esclava de la mano derecha del acusado, en los restos de sangre de la alfombrilla del coche del imputado y en la camisa que éste llevaba al ser detenido.
Asimismo, se evidenció ADN del acusado en la empuñadura del mismo cuchillo.
Los médicos forenses emitieron informe respecto del acusado dictaminando que, en el momento de los hechos, presentaba un trastorno de adaptación con predominio de alteraciones de otras emociones, aunque este trastorno "no afectó su capacidad de conocer los hechos objeto de investigación pero sí su capacidad de querer, la cual se encontraba limitada en grado moderado".
RECONOCE LOS HECHOS
Durante su declaración ante la Policía, el detenido confesó el crimen y relató que cogió los cuchillos y fue a la calle Francisco Carrión Mejías, donde vivía el sacerdote, para asestarle varias puñaladas, añadiendo que el motivo que le llevó a tomar esta decisión fue que culpaba a la víctima "de los males de su matrimonio, debido a la influencia que ejercía sobre su mujer".
No obstante, el imputado negó que se desplazara hasta Triana, donde fue detenido por la Policía, con la intención de matar a su mujer, sino que se desplazó hasta allí para "contarle en persona lo que había hecho", aunque previamente ya le había informado por teléfono de lo ocurrido a través de un mensaje telefónico donde le dijo: "tu tío se está desangrando en el portal, lo he matado".
Posteriormente, el detenido compareció ante el juez de guardia, ante el que se acogió a su derecho constitucional a no declarar, tras lo que el juez ordenó su ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza por un presunto delito de asesinato.