La Guardia Civil ha denunciado y pedido el cierre de una fábrica clandestina de harina y grasas destinada al consumo humano situada en un polígono industrial de una localidad de la Sierra Norte de Sevilla por suponer un "peligro grave para la salud pública".
Según ha informado hoy la Guardia Civil en un comunicado, la fábrica no poseía autorización municipal ni autonómica para realizar su actividad, además de no estar inscrita en el Registro General Sanitario de Alimentos ni reunir "las condiciones higiénico-sanitarias suficientes".
La fábrica, "de grandes dimensiones", poseía varias naves industriales donde se trabajaba con un complejo sistema de picado, posterior separación y secado, para obtener un subproducto rico en proteínas, en forma de harinas y grasas cuyo destino final era el consumo humano.
En las naves llegaban a diario camiones frigoríficos de gran tonelaje con mercancía de origen animal y piezas sobrantes procedentes de salas de despiece de aves.
Un veterinario de la delegación territorial de la Consejería de Salud asesoró a los agentes de la Guardia Civil para confirmar que los productos de la fábrica no eran aptos para el consumo humano.
En la nota, la Guardia Civil ha asegurado que los contenedores se limpiaban en los exteriores de las naves con una máquina a presión, lo que daba a lugar a que las aguas sucias se vertieran en el alcantarillado público.
Por todo ello, la Guardia Civil ha denunciado a la fábrica por infracciones muy graves en materias de seguridad alimentaria, aguas y licencias de actividad, además de haber propuesto su cierre cautelar y la inmovilización de sus productos.
Los agentes tuvieron conocimiento de la actividad de la fábrica, cuya ubicación no ha sido facilitada porque la investigación sigue abierta, por las emisiones de varias chimeneas y los fuertes olores que producía, algo que causaba "graves molestias" en los alrededores del lugar.