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Sevilla

Muñoz garantiza que no habrá subida del agua y la basura

El portavoz del Gobierno municipal de Sevilla asegura que la bajada del 3% del IBI no se amortiguará con subidas en otros impuestos

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El portavoz del Gobierno municipal, Antonio Muñoz, aseguró ayer que no habrá una subida del agua ni  de la basura para amortizar la bajada del 3% en el IBI pactada con Ciudadanos, una rebaja para la que sólo cuenta, por ahora, con Ciudadanos y, condicionada, por el PP, que reclama bajadas en varios tipos impositivos, mientras que Participa e IU siguen negándole el apoyo a los socialistas, convencidos de que 6 euros de media “no suponen nada” para un ciudadano pero cuatro millones de menos para el Ayuntamiento “sí lo suponen”.

Ésta es una de las conclusiones principales del debate en Ondaluz Sevilla Televisión en el que participaron los cinco portavoces municipales, dedicado inicialmente a hacer un balance del inicio del curso político pero que derivó, en poco tiempo, en un debate fiscal, centrado en la rebaja del IBI del 3% y en el hipotético apoyo -pactado o no- del PP a esta bajada de impuestos, aunque Muñoz negó tajantemente que hubiera un pacto con los populares y éstos condicionaron su apoyo a más rebajas impositivas.

Muñoz aseguró que el acuerdo con Ciudadanos incluye una propuesta de bajada fiscal del 3%, recordó a la portavoz de Participa, Susana Serrano, que no puede aplicarse de forma progresiva porque es un tipo impositivo único, y le negó credibilidad al PP para pedir que alcance el 10%, algo que no hizo en sus cuatro años de gobierno. “Bajaré los impuestos siempre que no atente a la progresividad ni a la prestación de los servicios públicos”, señalaba el portavoz socialista, recalcando que “donde haya margen de progresividad, se hará”.

Y dejó claro: “No hay ninguna intención de amortiguar esa bajada, caso que se aprobase, con la subida encubierta de otros impuestos”, extremo que además contó con la apostilla de Javier Millán: “Si hubiera otra subida de otros tributos, Ciudadanos no va a votar favorablemente”. Muñoz apuntó que se ha reducido en 40 millones la deuda municipal y hay más margen para operaciones financieras, aunque ofreció a Participa e IU, que espera no se “enroquen” en el IBI, poder negociar la propuesta que fue rechazada el año pasado: subir de 25 a 400 euros la tasa que grava el cambio de una vivienda de uso residencial a uso turístico.

El PP propone más rebajas

El PP, al que todos señalaron como única posibilidad de que saliese adelante esta subida, dijo que sí a la subida pero también dijo que no. A Beltrán Pérez, que volvió a tender la mano al gobierno ofreciéndole sus 12 concejales para sacar ordenanzas y presupuestos adelante – “las ordenanzas del PP ¿no?, le espetaba Muñoz-, le parecía poco “ambiciosa” la bajada del 3% del IBI, que  quiere que sea de un 10%, y llegó a plantear que, de la propuesta que llevarán al pleno para aprobar la rebaja de diversos impuestos por valor de 25 millones, “escojan las bajadas que ustedes quieran”, un tramo de negociación que, en el fragor de la discusión llegó a plantear negociarlas primero con Javier Millán para luego negociarlas con los socialistas, un órdago al que ni siquiera Muñoz contestó.

El cruce de acusaciones entre los portavoces por los apoyos puntuales o no a ordenanzas, presupuestos y gobierno fue continuo, hasta el punto de que mientras Antonio Muñoz defendía la progresividad de las primeras ordenanzas aprobadas con el apoyo de Participa e IU, fue el portavoz de este grupo, Daniel González Rojas, quien le interrumpía más vehementemente recordándole que aunque se aprobaran las bonificaciones para VPO, “llevamos dos años esperando” a que se apliquen los 200.000 euros que se presupuestaron.

Críticas a Espadas

Lo cierto es que Muñoz, como prolongación de Espadas, fue el centro de las críticas de los del arco de la derecha y los del arco de la izquierda, a pesar de que llegó incluso a reconocer que “no tenemos más remedio que dialogar” y responderle al PP que esperaba que esa “mano tendida” significara “una actitud muy diferente” a la que había tenido en la negociación de las ordenanzas de 2017, “apoyando a los de arriba, abajo, izquierda y derecha”, actitud que también criticó Millán, erigiendo a Ciudadanos como la única fuerza capaz de “construir desde la oposición”. Y Pérez le respondía: “Si en la bajada de impuestos nos quedamos solos, mejor solos que mal acompañados”.

Otro aspecto que quedó bastante claro en el debate fue el claro desapego de las fuerzas que apoyaron la investidura de Espadas. De hecho, Susana Serrano recordó que el 30 de septiembre será el “día determinante”, fecha en la que evaluarán su acuerdo con el PSOE, aunque ya adelantó que ha sido una “constante decepción”. “No vamos a confiar  más en esos acuerdos”, decía Serrano cuando enumeraba sus retos para este curso político, en el que “todo sigue igual”.

Misma sensación ofrecía González Rojas, que insistía en que su reivindicación de “pan, techo y trabajo” tenía la misma vigencia frente a un alcalde “más escorado a la derecha”, mientras Millán lamentaba estar “conviviendo como podemos con Espadas y con un PP que acaba de despertarse”, un escenario en el que decía centrarse “en lo urgente y en lo importante, y en definir la Sevilla del futuro”, con una oposición coherente, útil, exigente y contundente.

También se ofrecía como la “alternativa de Gobierno útil” Beltrán Pérez, que tuvo que escuchar más de un dardo contra los cuatro portavoces que en dos años ha tenido el grupo popular, aunque insistía en el mensaje que ha estado lanzando desde que llegó a la portavocía: lo que funcione mal, lo criticará con contundencia, y donde puedan ofrecer sus doce concejales, lo harán, eso sí, siempre “al servicio del interés general”.

Frente a la oposición, Antonio Muñoz defendía que “el barco ha cambiado de rumbo” en estos dos años y que el objetivo del gobierno socialista para este  curso político es “profundizar en la evidencia de que el Ayuntamiento es más útil, más social”, el momento de “abandonar la herencia del PP” y ser la “ecuación de los ciudadanos”, acelerando las inversiones.

La carta que no muerde

Una de las anécdotas que deparó el debate fueron las cartas. Pérez quiso que Muñoz le trasladara a Espadas la carta en la que le pedía un encuentro para tratar sobre los asuntos más importantes para la ciudad, aunque Muñoz rehusó cogerla. “Cójala, que no muerde”, le decía el popular. Frente a los dos meses de espera que decía el popular que llevaba esperando a Espadas, el portavoz socialista le contestaba con la carta del alcalde pidiéndole a Zoido otro encuentro. “Diez meses”, le espetaba Antonio Muñoz a Beltrán Pérez.

Intercedía irónicamente González Rojas: “Señor Muñoz, dígale al alcalde que reciba a Beltrán Pérez, que no son tan diferentes, y dígale usted al señor ministro Zoido que, aunque sea ministro, con todas esas horas y días que pasa en Sevilla, tenga a bien recibir al alcalde”.

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