El cofrade José Ignacio del Rey Tirado pronunció un pregón cargado de fe, vivencias y contundentes mensajes de compromiso destinados a la sociedad. Toda una tesis de un ‘estudiante’ que este Domingo de Pasión se doctoró en el Paraninfo de los cofrades, el del Teatro de la Maestranza.
A través de ocho capítulos, pronunciados con una parsimoniosa dicción, trazó el eje del contenido comprometido y basado en el puro testimonio de fe de este cofrade de los Estudiantes y del Silencio. Desde el “Leman Yba´thun” -término en arameo pronunciado por Jesucristo en el Huerto de los Olivos, según el Evangelio de Juan- hasta la Resurrección del Señor y de los hombres, antes de “saber de que color son los ojos del Cristo de la Buena Muerte” de los Estudiantes.
Ha sido el tercer Del Rey en tomar el atril del Pregón de la Semana Santa de Sevilla y ha cumplido con las expectativas previstas. Nada de ripios y escasa farándula cofradiera, la justa. José Ignacio tomó el camino “de la verdad” para preguntarle a Sevilla que “¿A quién buscáis?”, antes de anunciar la llegada de Cristo a la ciudad: “Sal a buscarlo, cofrade / que Dios mismo se te entrega, / para que así con su muerte / tu salvación sea completa; / y al fin en tu corazón, / en tu vida y en tu espera, florezca como en Sevilla / una nueva primavera”.
Destacó la vital importancia de la Comunión de los cristianos y cofrades, de la ilusión de los niños y de los barrios de la periferia, como Bellavista, Pino Montano o Alcosa, para ahondar en la importancia de las obras sociales y la misión evangelizadora de las hermandades de Vísperas.
Emotivo detalle con el niño bielorruso llamado Iván, al que situó en su pregón para destacar que “no sólo somos un orden en la nómina, sino educación, guarderías, paz, orientación”, etc. Y llegó a Triana a través de la fuente de la Salud de San Gonzalo: “El palio de la Salud / no es cerrado, que es de malla / para que la Virgen mire / todo el cielo de Triana”.
Exprimió algunos vernos dedicados a la Virgen de la Victoria de las Cigarreras a escasos meses para su Coronación Canónica: “Real por derecho propio, / gobierno de nuestras vidas: / Virgen hermosa y blanca / Madre nuestra, Cigarrera”.
Avanzaba el pregonero entre densos párrafos prosísticos, sin buscar el aplauso fácil. Pero llegó a la Macarena para romper en una larga ovación en la mitad de la exaltación. Con un original poema fabricado desde la letra de la canción Suspiros de España, Del Rey Tirado le puso música al pregón, interpretada por la Banda Municipal. “En mi corazón te llevo metida y el eco de mi canción llevará Macarena en un suspiro”, decía. Se acordó del capataz macareno fallecido, Miguel Loreto, y de nuevo ensalzó a la Esperanza: La de mi abuela Esperanza, / la de mis hijos, la nuestra. / No nos dejes de tu mano, / Esperanza Macarena”.
En su quinto capítulo, el pregonero “abrazó la cruz del Nazareno del Silencio”. Momento en el que tomó la venia del alcalde de Sevilla para lanzar un mensaje alto y claro a los sevillanos tras los sucesos de la última Madrugá: “Aún te dura el desencanto, y me cuenta tu madre que no quieres volver a salir. ¡Sevillanos! La madrugá está en peligro. Salid a defender un tesoro que es de todos y no pertenece a nadie, sino a aquellos que tomarán nuestro cirio una vez que faltemos. Salgamos a las calles y acompañemos a nuestras devociones, precisamente ahora”, recalcó y remató con un poema lleno de emoción: “Cofrade, sal a la calle / con fervor y valentía. / Porque esta noche es la noche, / la noche definitiva, / en la que verás a Dios / por las calles de Sevilla”. Ahí recibió una de las grandes ovaciones de la tarde.
Lo hiló a la perfección para hablar del Señor de Sevilla, de Jesús del Gran Poder. Del que recordó que “ese mismo que hoy contemplas pasó por delante de tus padres y abuelo y tatarabuelos”, para rezarle en “estampa, blanco y negro de papel” y leer en su reverso “tu nombre es el Gran Poder / nunca te podré olvidar / y ya sabes el porqué”.
Llegó al Calvario con el Cristo del Cachorro, del que dijo que “el nieto de la Señá Santa Ana no muere en el Zurraque”. “Que Sevilla quiere verte / frente a frente y cara a cara / y ha construido una torre / muy cerquita de tu casa / para poder contemplarte / enseguida cuando salgas / y así morir en los ojos / del Cachorro de Triana”. Y en ese mismo Calvario, recordó las coplas al Cristo de la Buena Muerte de su Hermandad de los Estudiantes de Manuel Martín Vasallo, antes de gritarle que “toda la Universidad / ve levantar su estandarte. / Son cofrades sin complejos / y resumen en dos frases: / Soy cristiano y soy creyente. / Yo soy de los Estudiantes”.
Así fue trazando el final de esta particular tesis cristiana con forma de pregón. Se puso “en manos de la Soledad, por los que ya no están, por los que se fueron”. Y resucitó antes del “he dicho” en los ojos del Cristo de la Buena Muerte: “Por fin podremos verlo, liberado de su cruz (...), entregados eternamente, felices tras conocer, tras al fin poder saber, de qué color son los ojos del Cristo de la Buena Muerte”.
Así concluyó un pregón que duró una hora y 40 minutos y que estuvo presentado por el delegado de Fiestas Mayores del Ayuntamiento de Sevilla, Juan Carlos Cabrera, quién recordó a Gabriel y abogó por el “compromiso de los ciudadanos” para “proteger” la Semana Santa, mientras que la Banda Sinfónica Municipal de Sevilla, dirigida por Francisco Javier Gutiérrez Juan, interpretó las marchas Virgen de los Estudiantes, Amarguras y los himnos de Andalucía y España.
El Pregón en Ondaluz Sevilla TV
Ondaluz Sevilla TV fue la única televisión que emitió en directo desde el Teatro de la Maestranza el Pregón de la Semana Santa de Sevilla. Con un programa especial que comenzaría a las 11.30 horas y que aglutinó un alto nivel de audiencia tanto por TDT, como online.
