Profesionales de la Unidad de Gestión Clínica de Medicina Interna de los hospitales de Valme y El Tomillar de Sevilla han llevado a cabo el abordaje innovador de una patología de muy mal pronóstico, calcifilaxis, aplicando un manejo clínico distinto al habitual que ha conseguido una excelente evolución con la resolución completa de la enfermedad.
El hallazgo terapéutico, que supone un avance significativo al abrir una nueva vía para el abordaje de esta enfermedad, ha sido publicado en la revista internacional de máximo impacto científico The New England Journal of Medicine.
Según se indica en una nota de prensa, la calcifilaxis es un síndrome que afecta casi exclusivamente a pacientes con insuficiencia renal y diálisis, no existiendo un tratamiento específico efectivo. Se caracteriza por la acumulación de calcio en distintas zonas y órganos del cuerpo provocando daños. Es el caso de úlceras cutáneas o cardiopatía isquémica por calcificación vascular, donde el flujo en los vasos sanguíneos está obstruido.
El caso clínico abordado conjuntamente por los internistas Alba Sillero, Rocío Gómez y Salvador Vergara suponía una situación más atípica; dado que se trataba de una mujer de 78 años de edad, sin insuficiencia renal ni diabetes mellitus, que presentaba úlceras crónicas no traumáticas en ambas piernas de varios años de evolución, grandes profundas y dolorosas.
Mediante una biopsia cutánea, los internistas la diagnosticaron de calcifilaxis. Después de un tratamiento ineficaz con tiosulfato de sodio, que es el tratamiento habitualmente utilizado, le administraron de forma innovadora un fármaco utilizado normalmente como vasodilatador: Bosentan. Estos profesionales conocían su mecanismo de actuación e intentaron revertir con él la isquemia y la necrosis en la piel.
Perteneciente a la familia de fármacos denominada antagonistas del receptor de la endotelina, el Bosentan facilita que se abra el vaso sanguíneo a través de la inhibición de esta proteína. Pero lo realmente novedoso es que la inhibición de la endotelina puede disminuir directamente el depósito de calcio de los tejidos. Según la internista y coordinadora de la resolución de este caso clínico, Alba Sillero, "la evolución fue espectacular con la resolución completa de las úlceras en la piel tras seis meses de tratamiento".
Al respecto, el director de la Unidad de Gestión Clínica de Medicina Interna, José Antonio Mira Escarti, destaca la doble novedad que aporta la actuación clínica llevada a cabo en el hospital sevillano y su puesta en valor por una de las publicaciones más relevantes en el ámbito de la medicina.
Por un lado, se demuestra científicamente una forma distinta de actuación de un fármaco sobre una enfermedad sin tratamiento específico existente en la actualidad, como es la calcifilaxis. Y, por otro lado, no sólo estos profesionales abren una nueva vía de tratamiento para un grupo amplio de pacientes con enfermedad renal crónica y calcifilaxis; sino que también lo proponen como tratamiento potencial para otras muchas dolencias que comparten el depósito de calcio en los tejidos (como por ejemplo la cardiopatía isquémica).