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Ugandés Kiplimo y keniana Chepkoech, dominio africano en Itálica

El ugandés de 18 años Jacob Kiplimo y la keniana Beatrice Chepkoech, plusmarquista mundial de los 3.000 obstáculos, han vencido en el XXXVII Cross de Itálica

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El ugandés de 18 años Jacob Kiplimo y la keniana Beatrice Chepkoech, plusmarquista mundial de los 3.000 obstáculos, han vencido este domingo las carreras elite del XXXVII Cross de Itálica, celebrado en el Conjunto Arqueológico de las ruinas romanas de Santiponce (Sevilla).

Kiplimo, reciente ganador de la San Silvestre Vallecana, así como en los croses de Atapuerca, Soria y Alcobendas, se impuso en Itálica al término de un duelo vibrante con su compatriota Cheptegei, ganador el año anterior, después de que ambos ugandeses se destacaran de sus perseguidores mediada la penúltima vuelta, cuando el pelotón cabecero explotó tras un violento cambio de ritmo.

Desde la primera vuelta, se seleccionó un grupo de una decena de corredores entre los que se dejó ver el Adel Mechal, que planteó una carrera muy valiente, y también Toni Abadía y David Palacio, que terminaron la prueba más enteros que el catalán de origen marroquí.


Los atletas del África subsahariana, que coparon al final las cinco primeras plazas, no emplearon su habitual táctica de tirones, sino que fueron incrementando el ritmo hasta que, sobre el cuarto kilómetro, sólo corrían en compañía del marroquí Sofiane El Bekkali, un consumado obstaculista al que se le hizo larga la distancia.

Tras el antepenúltimo paso por línea de meta, Kiplimo y Cheptegei se quedaron solos y fue el más joven quien asestó el golpe de gracia a su rival con un cambio al toque de campana que dejó sin respuesta al ganador en 2018, que tuvo que pelear mucho más salvar su lugar en el podio debido al esprint Albert Rop y Vincent Rono, que entraron pisándole los talones.

La carrera femenina tuvo mucha menos historia, debido al dominio ultrajante ejercido por la keniana Beatrice Chepkoech, que arrancó sin mirar atrás en el pistoletazo de salida para imprimir un ritmo que nunca pudieron seguir sus rivales.

La plusmarquista mundial de los 3.000 obstáculos destrozó el cronómetro con su cabalgada solitaria e hizo que la carrera fuese un rosario de atletas desperdigadas por el circuito, cada una de ellas con la sola asistencia de sus propias fuerzas.

La turca Yasmine Can, campeona de Europa, era una de las favoritas pero tuvo que conformarse con la tercera plaza, a un minuto de la vencedora, ya que entre ambas se intercaló la ugandesa Stella Chepsang, que obtuvo así el premio a su decisión de correr de menos a más.

Entre la nutrida nómina de españolas, sólo Trihas Gebre pudo bajar de la media hora y terminó la prueba en una meritoria sexta plaza, cuatro puestos por encima de Irene Sánchez Escribano, la otra representante nacional en el 'top ten'.

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