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Sevilla

500 años de emociones a través del arte

El Caixaforum acoge, desde este jueves y hasta el 29 de marzo, Poéticas de la emoción, una muestra de 45 obras que recorren medio siglo de la historia del arte

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  • Presentación de Poéticas de la emoción en el Caixaforum. -

CaixaForum Sevilla acoge 'Poéticas de la emoción', una exposición que recorre algunas maneras de representar las emociones humanas en las artes visuales. Comisariada por Érika Goyarrola y organizada y producida por 'la Caixa', las muestra presenta un total de 45 obras que recorren los últimos 500 años de la historia del arte y que se podrá ver en esta entidad del 28 de noviembre al 29 de marzo.

El director de CaixaForum Sevilla, Moisés Roiz, acompañado de la comisaria Érika Goyarrola, han presentado esta mañana esta exposición que parte de los fondos de la entidad, aunque no se trata de una exposición exclusivamente de la Colección 'la Caixa' de Arte Contemporáneo. Cuenta con un total de quince prestadores para exhibir un total de 45 obras de 21 artistas.

Destaca la colaboración del Museo Nacional de Escultura, el Museu Nacional d'Art de Catalunya, la Fundació Joan Miró, el MACBA, Es Baluard - Museo de Arte Moderno y Contemporáneo de Palma o la Colección Corporativa Iberdrola, así como galerías, archivos y algunos de los propios artistas.


El objetivo último del proyecto comisariado por Érika Goyarrola es resaltar la capacidad de conmover que tiene el arte contemporáneo frente a aquellas posiciones que lo sitúan en un terreno más racional o preeminentemente político. Así, la muestra ahonda en la forma en que el arte ha incorporado las emociones en su discurso a lo largo de la historia. Las obras seleccionadas muestran cómo las emociones básicas comunes a la experiencia humana han sido transformadas en los últimos cinco siglos en emociones estéticas.

La exposición se divide en tres ámbitos y presenta en cada uno ellos tres modos distintos en los que la emoción se ha mostrado en la historia del arte. El primer grupo ahonda en la emoción del sujeto a partir de la representación expresiva de los personajes protagonistas, a través de obras contemporáneas y piezas de arte religioso que expresan dolor o tristeza.

El segundo presenta un conjunto de piezas en las que la emoción se expresa de forma metafórica gracias a la traslación del estado anímico del artista al paisaje y a la arquitectura representados. Finalmente, un tercer ámbito analiza la forma en que el arte se apropia de la emoción que vertebra el campo social, desde los movimientos sociales y la política hasta la esfera de la fiesta o las celebraciones populares.

MÁS ALLÁ DEL ESPACIO EXPOSITIVO

'Poéticas de la emoción' se complementa con una serie de acciones y materiales que se aproximan a la relación de otras disciplinas artísticas con las emociones. Así, el viernes 13 de diciembre, en 'Esto no es una visita, con Toni Jodar', el bailarín descubrirá una nueva forma de percibir la exposición a través de la danza.

Fuera del espacio expositivo, los ensayos de Gloria Guso y Maxi Gandul incluidos en la publicación que acompaña la muestra amplían la reflexión de la comisaria al ámbito del cine y de la música. Para esta última, se ha creado una playlist original que puede escucharse en el perfil de CaixaForum de Spotify.

Como es habitual en las exposiciones de CaixaForum Sevilla, un espacio educativo permitirá a las familias experimentar la expresión de las emociones, con una serie de juegos y propuestas para comunicar con las manos.

LA DIMENSIÓN SENSIBLE DE LAS ARTES VISUALES

En la muestra, varias piezas correspondientes al arte religioso católico --del que en gran medida es deudora la iconografía de las emociones en Occidente--, como 'Descendimiento de la cruz' (1500-1510), señalan la pervivencia de las formas de expresión del pathos (dolor, compasión, tristeza) en el arte contemporáneo.

El realismo de las expresiones de los protagonistas del vídeo 'The Silent Sea' (2002), de Bill Viola, traza un vínculo directo con el de los personajes de diversas escenas religiosas, como el Llanto sobre Cristo muerto de Esteban Jordán (1567-1600). La quietud que caracteriza las silenciosas piezas de Viola, junto con el fondo negro y la luz teatral, revelan las expresiones de los personajes resaltando un amplio arco de emociones.

El motivo iconográfico de la 'Piedad' (1850) representa igualmente el dolor y la pena, pero encarnados en la figura de la madre. El fotoperiodista Enric Folgosa recupera la iconografía religiosa --composición, gestos de llanto y desesperación de las mujeres alrededor del cuerpo sin vida del ser querido-- en 'Funeral en Kosovo' (1998) para mostrar el sufrimiento de la guerra.

La pieza 'Turbulent' (1998), de Shirin Neshat, utiliza el poder de transmisión de la música para denunciar la prohibición de cantar en público que sufre la mujer en Irán, mientras que 'Estudios de mujer gritando' (1940), de Julio González, refleja el sentimiento de impotencia originado por la injusticia y la represión provocadas por la Guerra Civil.

Las fotografías de Colita, que recogen diferentes manifestaciones en Barcelona durante los años setenta, dan cuenta de la potencia reconfiguradora de la revuelta, mientras que la expresividad del gesto celebratorio se puede encontrar también en muchas de las obras de Joan Miró.

El ritual tradicional de la fiesta se evidencia en la colaboración que Jeremy Deller realiza con una banda de música tradicional a la que anima a interpretar acid house, mezclando así dos estereotipos, 'a priori' dispares, de la cultura popular. Estos festejos, motivos recurrentes en la historia del arte, como muestra Darío Regoyos en 'Danza Vasca '(1888), enlazan con toda una tradición de prácticas religiosas a través de las cuales un grupo o comunidad libera emociones.

En 'Birthday' (2009), Iván Argote transgrede los límites del festejo del cumpleaños reservado habitualmente a familiares y amigos al pedir a unos desconocidos que se encuentran en un ascensor que le canten el cumpleaños feliz. Con esta acción, el artista subraya el ritual del aniversario como un evento necesariamente social y alegre. Por su parte, Francesca Woodman se fotografía en edificios vacíos, semiabandonados o en ruinas, encarnando la emoción no solo en su propio cuerpo, sino proyectándola en esos lugares que el mismo cuerpo habita. En 'Geometría de ecos' (2013), Carla Andrade describe con sutiles paisajes la inmensidad y potencia de la naturaleza y el desasosiego que esta puede producir.

La atracción que provoca lo sublime, el asombro frente al poderoso espectáculo de los fenómenos naturales tiene su correlato --y raíces-- en la pintura. Joaquim Mir expresa su embelesamiento casi místico ante los acantilados de Mallorca a través de un uso del color explosivo y vitalista. La efervescencia crepuscular de 'Puesta de sol' (1903) remite a la gama cromática utilizada por 'Perejaume en Paisatge 17' (1985).

Asimismo, los misteriosos relieves en bronce (1988) de Günther Förg, de aspecto frío, sombrío y pesado, sugieren la transmisión de la emoción por lo háptico: una percepción por la que la visión recrea lo táctil. El gesto pictórico de Manolo Millares, como el del resto de los artistas del informalismo, está marcado por el peso de su impronta personal, enmarcado en el contexto internacional del existencialismo.

La potencia de las formas de Millares, además de aludir a la iconografía de la pasión (Descendimiento), es encarnada en las fotografías de Gina Pane, que sirven como registro visual de los cortes que inflige a su propio cuerpo. En 'Action Psyché' (1974), la artista hace suya la iconografía del estigma convirtiéndola en una reivindicación feminista, una suerte de resistencia emocional cargada de dolor y rabia que transgrede el código social establecido.

Con una intención también provocadora pero introduciendo el humor, en 'I'm Not The Girl Who Misses Much' (1986), Pipilotti Rist baila e interpreta el primer verso de una canción de los Beatles de manera repetitiva y obsesiva. También desde la ironía, Esther Ferrer caricaturiza las distintas expresiones que forman parte del imaginario de las emociones.

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