Hace tan sólo unas semanas, antes de que saltara por los aires la normalidad diaria como consecuencia del estado de alarma por la crisis del coronavirus, las portadas de los periódicos las copaban los agricultores exigiendo que se comprara en las tiendas de barrio para conseguir un precio justo. Un comercio de proximidad con el que combatir también el cambio climático, incluso.

Pero el 13 de marzo, sábado, el Covid-19 y su propagación descontrolada obligó a parar en seco el país. Entre los sectores que se han visto afectados por el confinamiento obligado de los ciudadanos para frenar la curva ascendente de contagios está el de las plazas de abasto.

Javier Abascal es el chef de La Lola, establecimiento ubicado en el barrio de Nervión. Como toda la hostelería ha tenido que echar el cierre, pero no ha dejado de ir a su plaza de abastos de referencia. “Cuando fui y vi cuatro puestos abiertos de 15 subí un foto a las redes sociales pidiendo ayuda para el pescadero, al que se le iba a estropear toda la mercancía”, explica. Y de aquella foto y en menos de 14 horas (las que van desde las 00.00 del domingo 23 al mediodía del 24 de marzo), con la ayuda de otras tres personas más, sacaron la página web elmercadodesevilla.com. Esta iniciativa, adelantada por el portal Urban Explorers, persigue que los tenderos puedan seguir con su actividad a la vez que los usuarios respetan la cuarentena y contribuyen a mantener la economía local.  

A través de esta web, el usuario puede hacer su pedido por teléfono y recibirlo en casa sin gastos de envío. El proyecto ha comenzado con 12 comercios y hay 15 que se incorporarán en las próximas horas. El cliente puede comprar desde carne y pescado hasta fruta, productos de droguería y café, entre otros. “En 10 horas de funcionamiento, los placeros que están en esta web han gestionado medio centenar de pedidos. Algunos me han escrito y llamado llorando”, manifiesta Abascal.

Este empresario y emprendedor ha decidido aportar su grano de arena en un momento muy delicado en lo personal y lo profesional. En su establecimiento trabajan siete personas. “Todas ellas van a cobrar el mes de marzo completo. Después tendré que ir a un ERTE, pero marzo lo van a cobrar completo”, apostilla entre risas cuando se le pregunta si espera que cuando todo vuelva a la normalidad sus tenderos le sirvan los pedidos gratis. “Ahora es el momento de ayudar a todo el que se pueda. Es momento de ayudarnos”, no titubea al contestar.

En las redes, se puede localizar la iniciativa con la etiqueta #elmercadodesevillaencasa.