El Ayuntamiento de Sevilla, a través de Emasesa en coordinación con la Gerencia de Urbanismo y Medio Ambiente y el Distrito Casco Antiguo, ha concluido las obras de renovación de las redes de abastecimiento y saneamiento y reurbanización de la calle Becas tras una inversión de 450.000 euros. La calle cuenta con itinerarios peatonales, medidas que garantizan la accesibilidad universal y 14 alcorques para la próxima plantación de arbolado. En cuanto a la pavimentación, se ha recuperado adoquín de Gerena en la calzada en los tramos en los que la amplitud de la vía lo permitía. La calle se abrirá a la circulación de vehículos en la primera quincena de febrero y quedará convertida en un nuevo paseo peatonal-cultural, al ser un acceso clave al Espacio Santa Clara y la Torre de Don Fadrique, ha subrayado el alcalde Juan Espadas.
“Hemos culminado una nueva transformación de una calle del Casco Antiguo muy demandada por los residentes y necesaria. Con esta inversión hemos adecuado y mejorado por completo esta calle siguiendo el modelo que hemos implementado en otras zonas del conjunto histórico que prioriza los itinerarios peatonales y la accesibilidad universal. Se trata además de dar impulso a un eje patrimonial y cultural de la ciudad donde próximamente se van a continuar desarrollando importantes inversiones como las programadas en la iglesia de Santa Clara o en la Torre de Don Fadrique”, explicó el alcalde de Sevilla, Juan Espadas, quien visitó hoy la calle reurbanizada junto al delegado de Hábitat Urbano, Cultura y Turismo, Antonio Muñoz; el consejero delegado de Emasesa, Jaime Palop y la dirección del Distrito Casco Antiguo.
La inversión realizada en la calle Becas ha permitido en primer lugar la ampliación de los itinerarios peatonales que se han duplicado. Así, los acerados del margen izquierdo, la parte más cercana a las viviendas, han pasado de 70 centímetros de ancho a un metro y medio. En el lado derecho, se alcanzan los 3 metros de anchura. La calle cuenta entre Jesús del Gran Poder y el espacio Santa Clara con plataforma única mientras que el ancho de la vía permite una sección diferenciada de calzada y acerado entre el equipamiento cultural y la calle Lumbreras.
En todo el trazado, el diseño realizado por el gobierno de la ciudad ha primado un modelo de intervención urbana sostenible para hacer una ciudad más habitable. Por este motivo, se han habilitado 14 alcorques en la calle en las zonas donde no interfieren con redes de suministro, donde se plantarán en las próximas semanas sophoras japónicas.
La Gerencia de Urbanismo y Medio Ambiente, Emasesa y el Distrito Casco Antiguo han colaborado en el diseño de la pavimentación con el criterio básico de garantizar la accesibilidad universal y de adaptar la vía al entorno y a su valor patrimonial y paisajístico. En este sentido, se ha utilizado adoquín de Gerena recuperado en la calzada salvo en aquellos tramos en los que la calle se estrecha y puede suponer un problema de accesibilidad. Este adoquín viene de los almacenes y del extraído en obras como Mateos Gago. Se ha utilizado adoquín de quintana en los aparcamientos y en los pasos de peatones y en los acerados se ha mantenido la losa hexagonal.
Para garantizar la accesibilidad universal, tal y como se ha hecho en otras reurbanizaciones como Mateos Gago o Baños, además de la ampliación de los itinerarios peatonales y eliminación de todas las barreras arquitectónicas se han implantado suelos podotáctiles en los cruces, en los pasos de peatones y cómo separación de la calzada en los tramos con plataforma única. El peatón es el principal protagonista de esta vía en la que además se produce un estrechamiento de la calzada que contribuye al calmado del tráfico y a que se cumpla la limitación de zona 20.