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Sevilla

Las dos Esperanzas bajo un mismo techo todo el año

Ana mantiene dos imágenes a tamaño natural de las vírgenes Esperanza de Triana y la Macarena juntas en una habitación

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Las dos Esperanzas en casa de Ana.

Las dos Esperanzas en casa de Ana.

Las dos Esperanzas en casa de Ana.

Las dos Esperanzas en casa de Ana.

Cuando Ana tenía solo seis años cogía las muñecas en su casa, las vestía como una virgen de palio y las sacaba en procesión por las calles de su barrio, el Polígono San Pablo sevillano, y ahora, con 42, tiene en su casa algo que lleva su devoción un paso adelante: sendas imágenes a tamaño natural de las vírgenes Esperanza de Triana y la Macarena juntas en una habitación.


Ana Santamaría confiesa que da cierto respeto entrar en la habitación de su casa de la localidad sevillana de Camas convertida en un altar de las dos esperanzas, que le recuerda, en cierto modo, a la Semana Santa de 1995, cuando la lluvia hizo que las dos vírgenes se uniesen refugiadas en la Catedral de Sevilla, en mitad de su recorrido por "la Madrugá".

“Soy de la hermandad de la Esperanza de Triana desde chica y con ella estoy hasta que muera”, explica a Efe mientras muestra no solo las dos imágenes, sino su ajuar, porque en un armario está uno de los puñales antiguos de la Virgen de Triana copiado, y no faltan el ancla de oro de Fernando Morillo o el salvavidas en oro y brillantes de la imagen.

Entrada la década de 2000 comenzó a pensar en la posibilidad de tener en su casa una copia de la Esperanza de Triana, aunque no era algo fácil de plantear, y estuvo cuatro años madurando el proyecto, hasta que lo encargó a Luis Álvarez Duarte, un artista al que la Virgen de Triana no le es, ni mucho menos, desconocida, ya que se encargó de su restauración.

Por sus manos pasaron dolorosas como la Virgen de Guadalupe, del Patrocinio, del Rosario del Polígono o del Dulce Nombre de Bellavista, todas de Sevilla. Cristos como los del la Sed o el de las Cinco Llagas de la Trinidad y Jesús Cautivo y Rescatado, también sevillanos. En cuanto terminó el proyecto encargado por Ana, la copia de Nuestra Señora de la Esperanza ya estaba en su casa.

Pero la vida de Ana dio un giro hace un par de años, cuando murió su amiga Cristina, “que era una devota fiel de la Macarena, pero me acompañaba siempre a ver a la Esperanza de Triana, y cuando se fue decidí colocar en mi casa una imagen a tamaño natural de La Macarena, que era como tener parte del gusto de ella conmigo”.

Para ello, se dirigió también a Álvarez Duarte, que en poco más de un año hizo el milagro de que alguien tenga en su casa a tamaño natural, y bendecidas oficialmente, las réplicas de las dos vírgenes que más devoción suscitan en la Semana Santa sevillana.

Pero la visita al taller del imaginero dio para más, ya que en allí tenía una Virgen de la Soledad que en su día fue un encargo de la fallecida Cayetana Fitz-James Stuart y Silva, la duquesa de Alba, que nunca fue recogida, de modo que terminó en la habitación como complemento a un lugar mariano en el que no falta incluso un altavoz para que la música cofrade acompañe en todo momento.

Todo el tiempo que no está trabajando lo pasa cuidando sus devociones, y de la habitación donde está la imagen pasa a otra en la que teje las sayas, que ella misma se encarga de elaborar, y todo el ajuar que puede sale de sus propias manos y se guarda o se usa en cuanto lo termina.

Lo que sí ha cambiado en este tiempo es que han tenido que parar un poco las visitas de sus vecinos a las imágenes, porque la pandemia lo ha parado todo, pero antes de marzo de 2020 no era extraño ver a personas de su edificio o su calle acudiendo a ver su habitación para observar en vivo algo que antes habían visto en fotos como las que cuelga a diario en su perfil de Facebook.

Ana lleva dos “años cofrades”, por culpa de la covid-19, sin ver a las vírgenes en la calle, y para ella es algo más que devoción lo que siente cuando las ve pasar, sobre todo a la Esperanza de Triana, de modo que tenerla en su casa todos los días "es todo un bálsamo y una ayuda para superar estos tiempos difíciles".

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