Las temperaturas extremas que están azotando gran parte del país este verano han aumentado el riesgo de sufrir un golpe de calor, aunque detrás de los casos más graves registrados, entre ellos los que han llegado al fallecimiento, se hallan pobres condiciones laborales y códigos postales con bajas rentas per cápita.
El Summa 112, el servicio de asistencia médica en emergencias en todos los municipios de la Comunidad de Madrid salvo en la capital, ha registrado 145 atenciones por golpes de calor en la región desde el pasado mes de junio, según los datos facilitados a Efe.
Por su parte, Samur-Protección Civil, que opera en la capital, ha informado de al menos 11 casos graves.
Entre los centenares de llamadas que alertaban de mareos, malestar o desvanecimientos, seis de ellas acabaron con una persona fallecida, la mitad en horario laboral.
El primer caso mortal de este verano en Madrid fue paradigmático. Pasadas las 17.30 horas del pasado 15 de julio, en plena ola de calor, un operario del servicio municipal de limpieza se desplomó cuando barría en la avenida de San Diego, en el humilde distrito de Puente de Vallecas.
Se llamaba José Antonio González y, a sus 60 años, murió poco después en el hospital Gregorio Marañón. Estaba trabajando para la empresa de limpieza subcontratada por el Ayuntamiento de Madrid con un contrato precario, concretamente de un mes.
Tras su muerte, las empresas y sindicatos del sector acordaron suprimir el turno de tarde para los trabajos más forzosos, como el barrido manual, cuando las temperaturas superen los 39 grados.
Su hijo señaló que si se trabaja de dos en dos operarios se podrían prevenir desmayos como el que sufrió su padre, mientras que también subrayó que es "fundamental", además de limitar los turnos de tarde durante las olas de calor, cambiar las vestimentas de los trabajadores.
SEIS FALLECIDOS, TRES TRABAJADORES
El mismo viernes 15 de julio, otro operario, en este caso un mecánico en un taller de Móstoles, sufrió un golpe de calor por el que perdió la vida durante la madrugada del sábado.
Tenía 58 años y se desplomó, con una temperatura corporal de 42,9 grados, cuando se encontraba en la zona exterior de reparación de vehículos. Según sus compañeros, en el interior de la nave se alcanzaron los 46 grados.
La última víctima mortal por golpe de calor fue otro trabajador, de 56 años, que el pasado 21 de julio murió cuando repartía por los chalés de Paracuellos del Jarama la revista municipal.
Según indica a Efe la jefa de guardia del Summa 112 Estrella Colorado, "todos los golpes de calor se pueden evitar", aunque las condiciones laborales de estos trabajadores aumentaron exponencialmente el riesgo de sufrir ese trastorno termostático.
Con objeto de prevenir un golpe de calor por exposición durante la jornada laboral, Colorado recuerda la importancia de hidratarse de forma constante, protegerse la cabeza, y descansar o pedir ayuda cuando se sientan mareos o malestar general.
BARRIOS DESFAVORECIDOS
El barrio de Los Ángeles, en el distrito de Villaverde, el de Abrantes, en Carabanchel, o Puente de Vallecas son algunos de los puntos de la capital donde se han registrado muertes por golpes de calor este verano. Entre ellos una raíz común: una renta per cápita de las más bajas de Madrid.
Y es que, como apunta la médica del Summa Estrella Colorado, los factores económicos y sociales "influyen", ya que los ciudadanos con más recursos pueden protegerse "más y mejor" del calor, incluso en sus propias casas.
En su vivienda del barrio de Los Ángeles murió el pasado 18 de julio una mujer de 55 años por un golpe de calor.
Estrella Colorado ha tenido que acudir a numerosas atenciones en inmuebles donde, al entrar, la temperatura era "insoportable". En muchos casos, dice, los pacientes, en su mayoría de avanzada edad, le explicaron que no habían encendido el aire acondicionado o el ventilador "para no gastar".
EXCESOS DE CONFIANZA
En el Summa 112 han detectado, además del notorio impacto de las temperaturas extremas, un "exceso de confianza" en los ciudadanos desde el inicio de un verano más que caluroso.
Pese a las recomendaciones y consejos, Colorado asegura que no se escucha lo suficiente al cuerpo cuando nos da un aviso en forma de mareo, malestar o falta de fuerza.
Son los primeros síntomas de un golpe de calor, que se agrava cuando el sistema de regulación de la temperatura corporal "falla" (no hay sudoración) y la víctima queda a merced del calor.