El Papa ha agradecido a los miembros de la Curia romana "el celo, la diligencia y la creatividad" que han desempeñado en su labor cotidiana al llegar a esta primera Navidad como Obispo de Roma, aunque les ha alertado de los riesgos de la "cháchara", instando a "hacer objeción de conciencia" contra los chismes.
Francisco ha mantenido el tradicional encuentro con los Superiores y Oficiales de la Curia Romana, acompañados por el secretario de Estado vaticano, Monseñor Pietro Parolin. El Santo Padre se ha mostrado especialmente efusivo a los que en este periodo terminan su servicio y se jubilan.
En su discurso, ha reiterado que la santidad en la Curia significa también "hacer objeción de conciencia a las habladurías". "Nosotros insistimos mucho en el valor de la objeción de conciencia, y con razón, pero tal vez deberíamos ejercerla también para oponernos a una ley no escrita de nuestros ambientes, que por desgracia es la de la cháchara", ha señalado.
Francisco ha explicado que esta petición no la hace únicamente "desde un punto de vista moral", puesto que los chismes "dañan la calidad de las personas, del trabajo y del ambiente". En este sentido, ha puesto a San José como ejemplo por su "papel callado, discreto y tan necesario" al lado de la Virgen María.
El Papa también ha destacado las características del oficial de la Curia, principalmente la profesionalidad y el servicio. "Cuando no hay profesionalidad, lentamente se va resbalando hacia el área de la mediocridad. Los expedientes se convierten en informes de 'cliché' y en comunicaciones sin levadura de vida, incapaces de generar horizontes de grandeza", ha señalado.
En esta misma línea, ha alertado de que cuando la actitud no es de servicio a las iglesias y a sus obispos, crece entonces la estructura de la Curia "como una pesada aduana burocrática, controladora e inquisidora, que no permite la acción del Espíritu Santo y el crecimiento de Pueblo de Dios".