La Escuela Técnica de Ingeniería Agronómica y del Medio Natural de la Universitat Politècnica de València, a través de su Departamento de Ingeniería Rural y Agroalimentaria, y la empresa Projar, dedicada al desarrollo y comercialización de productos y soluciones medioambientales, han realizado un estudio cuya principal conclusión es que la cubiertas verdes tienen un gran potencial en climas como el Mediterráneo, ya que pueden ahorrar entre un 20 y un 50 por ciento del consumo energético necesario para la refrigeración de un edificio.
De acuerdo con el trabajo, encargado por la empresa al Departamento de Ingeniería Rural y Agroalimentaria de la ETSIAMN, la instalación de cubiertas verdes en los edificios y naves industriales tiene "numerosos beneficios", tanto para los propietarios de la instalación como para su entorno, según ha informado la Escuela en un comunicado.
En esta línea, tanto la responsable de comunicación de la empresa, Míriam Carretero, como el coordinador del proyecto en la Escuela, Nacho Díez, su labor ha consistido en una revisión de experiencias internacionales sobre los "beneficios ambientales" que aportan las cubiertas verdes cuya conclusión les ha llevado a asegurar que "comienza a existir una base científica y técnica que evidencia las ventajas de implantar estos sistemas en climas como el nuestro".
Asimismo, estas cubiertas vegetales mitigan, en las grandes ciudades, el efecto de "isla de calor" y permiten mejorar la salud y la calidad de vida de los habitantes urbanitas, gracias a la mejora de la calidad del aire.
"LA NUEVA PIEL DE NUESTROS EDIFICIOS"
Otra de las ventajas que presenta el estudio es que la instalación de cubiertas vegetales sobre edificios ayuda a evitar riesgos ambientales como las inundaciones que se producen en ámbitos urbanos, ya que estos sistemas permiten la retención temporal del agua de lluvia y una liberación progresiva, con lo que se evita así el peligro que genera los picos de escorrentía sobre superficies impermeables.
Además, pueden generar una mejora del paisaje urbano y aumentar el aislamiento acústico de los edificios."Las cubiertas verdes pueden convertirse en una nueva piel de nuestros edificios, una dermis que se superponga a la arquitectura, protegiéndola, regulando el intercambio de materia y energía con el entorno y mejorando
la calidad ambiental de nuestras ciudades", ha explicado el coordinador del proyecto en la Escuela.
Por su parte, Carretero ha confirmado que han elaborado este estudio para "corroborar con datos internacionales y en diferentes climatologías, los efectos positivos de las cubiertas vegetales que nosotros, por nuestra experiencia ya conocíamos contando con el aval de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrónomos y del Medio Natural de Valencia por su trayectoria".