Expertos de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil han expuesto ante la Oficina Europea de Policía (Europol) los resultados obtenidos en la operación 'Snake', en la que se procedió a la detención de 31 integrantes de una red dedicada al tráfico internacional de mercancías y a la imputación de otras 47 personas por los delitos de blanqueo de capitales, contra la Hacienda Pública, contra los derechos de los trabajadores, contrabando, pertenencia a organización criminal y falsedad documental.
Según ha comunicado la Dirección General de la Guardia Civil por medio de un comunicado, expertos de este cuerpo han explicado ante 31 países el 'modus operandi' utilizado para evaluar la potencial incidencia en sus mercados y finanzas, así como las potenciales conexiones criminales en distintos países, que han llevado a poder abrir nuevas líneas de investigación.
La operación se llevó a cabo el pasado mes de mayo, cuando se investigaba a una organización criminal internacional que estaba integrada mayoritariamente por ciudadanos de origen chino. Los delitos que se les imputó fueron los de pertenencia a organización criminal, contra la Hacienda Pública, falsedad documental, contra la propiedad industrial, contra los derechos de los trabajadores y blanqueo de capitales.
En el desarrollo de esta operación se detuvo a 31 personas, de las que 28 ingresaron en prisión y, de ellas, 18 aún permanecen. Además, se efectuaron 60 registros, en los que se incautaron, entre otros efectos, más de un millón euros en efectivo. Se inspeccionaron cinco talleres sobre los que existían sospechas de que podrían estar operando menoscabando los derechos de los trabajadores y se clausuraron cuatro de ellos.
Las investigaciones se iniciaron hace dos años en la Fiscalía Especial contra la Corrupción y la Criminalidad Organizada, tras detectar que una organización transportaba de forma ilícita mercancías en el ámbito de la Unión Europea y China y estaba compuesta, principalmente, por ciudadanos de procedencia china. Sus responsables se ubicaban en España y China.
La actividad fraudulenta de la organización criminal consistía en importar grandes cantidades de mercancía eludiendo, ilícitamente, los impuestos asociados a las mismas. Esta operativa derivó en una competencia desleal en el comercio de los diferentes productos importados. Además, la organización criminal poseía la capacidad de blanquear sus propios activos mediante una compleja red operada, principalmente, por testaferros y empresas instrumentales. Los miembros de la red facilitaban a empresarios el blanqueo de sus activos, por el que cobraban diversos porcentajes de comisión.
La operación fue desarrollada por la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil junto con funcionarios de la Agencia Estatal de Administración Tributaria y de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social de Madrid. En la misma también participó personal de la Europol, desplazando una oficina móvil a España para colaborar en labores de inteligencia y análisis forense.