Agentes de la Policía Nacional y de la Policía Municipal de Madrid se han incautado de 61.205 cajetillas de tabaco de contrabando listas para ser distribuidas de forma ilícita en la Comunidad de Madrid, en una operación conjunta que se ha saldado con 13 personas detenidas, siete de ellas de nacionalidad ucraniana y seis naturales de Bulgaria.
Según ha informado la Policía Nacional, los detenidos están acusados de delitos de contrabando, contra la propiedad industrial, contra la Hacienda pública y pertenencia a organización criminal. El material confiscado incluye Illicit whites -cigarrillos fabricados o importados legalmente en un territorio con el fin de ser vendidos de contrabando en otro lugar- y falsificaciones de reconocidas marcas.
Los detenidos utilizaban como puntos de venta establecimientos de alimentación especializados en productos típicos de países de Europa del Este.
Las investigaciones se iniciaron en mayo de 2016 tras detectarse un incremento inusual de consumo tabaco de contrabando en el área metropolitana de Madrid. Las primeras pesquisas llevadas a cabo por los agentes determinaron que la venta se realizaba en cajetillas, a través de establecimientos registrados como tiendas de alimentación, regentados por ciudadanos de Bulgaria y Ucrania.
Durante la investigación averiguaron que una parte del tabaco comercializado ilícitamente era falso y que otro porcentaje -según constaba en las precintas fiscales que portaban las cajetillas- procedía de países como Polonia, Ucrania y Bielorrusia. También a medida que avanzaban las indagaciones, se pudo identificar a los miembros de la organización y definir las diferentes funciones que realizaba cada uno de ellos en el entramado.
Varios de los investigados se ocupaban de la venta al público del tabaco, valiéndose para ello de establecimientos de alimentación en los que se comercializaban productos típicos de países de Europa de Este. Por encima de ellos, se situaban los responsables de almacenar los cigarrillos en domicilios particulares o locales habilitados a tal efecto. Para evitar su detección por parte de la Policía, cambiaban constantemente la ubicación de la mercancía, que no permanecía más de dos o tres días en el mismo lugar.
PRECAUCIONES DE SEGURIDAD
Los líderes de la organización se encargaban de la logística necesaria para recibir la mercancía de contrabando en España y para distribuirla entre los diferentes puntos de venta de los que disponían. Además, mantenían un flujo constante de tabaco desde Polonia hacia nuestro país, camuflado en transportes que los investigados declaraban oficialmente como importaciones de ropa.
Los cigarrillos viajaban perfectamente embalados en palés cubiertos de planchas metálicas tratando de ocultar su contenido, e iban acompañados de documentación cumplimentada con datos que no se correspondían ni con los destinatarios reales y ni con los verdaderos lugares de descarga. A todas estas precauciones de seguridad añadían medidas de contra vigilancia durante los traslados.
Una vez identificados los presuntos responsables de la importación y venta del tabaco de contrabando, se estableció un dispositivo en varios puntos de la Comunidad de Madrid en los que se llevaron a cabo 13 detenciones y se realizaron seis inspecciones en establecimientos y nueve registros domiciliarios, en los que los agentes se incautaron de 61.205 cajetillas de tabaco, 74.320 euros y dos vehículos.