El Papa ha decretado que en el Vaticano no se vendan más cigarrillos a empleados, religiosos y diplomáticos a partir de 2018 para no cooperar "con una práctica que daña la salud".
"El Papa ha decidido que el Vaticano dejará de vender cigarrillos a sus empleados a partir de 2018. El motivo es muy simple: la Santa Sede no puede cooperar con una práctica que daña claramente la salud de las personas", ha informado el portavoz papal, Greg Burke.
Los empleados del Vaticano pueden comprar cigarrillos en el denominado "Magazzino", un centro comercial de dos pisos que funciona en la ex estación ferroviaria a un precio más bajo con un descuento de casi el 20 por ciento.
"Hasta ahora, los empleados y pensionistas del Vaticano podían comprar los cigarrillos con descuento, lo que suponía una fuente de ingresos para la Santa Sede", ha agregado Burke. "Ningún beneficio puede ser legítimo si le está costando la vida a la gente", ha concluido.