Aunque algunos ayuntamientos han facilitado la ampliación de terrazas y la creación de nuevas, sentarse en una no va a ser tan fácil a partir de este lunes en la España de la fase 1 porque son muchos los restaurantes y bares que han decidido no abrir porque no les salen las cuentas.
Las que abran será a la mitad de su capacidad, con una ocupación máxima de 10 personas por mesa y sin las cartas convencionales, que deberán sustituidas por medios electrónicos, pizarras o carteles.
María José San Román es la presidenta de Mujeres en Gastronomía (MEG) y propietaria de Monastrell, con una estrella Michelin en Alicante. "Tengo una terraza con 80 plazas, pero no veo claro abrir hasta que no se permita al menos la comunicación entre provincias. Lo otro sería un suicidio", manifiesta a Efe.
A Dani García la pandemia le ha frenado la inauguración de Leña, el asador que ocupará el espacio de su 'triestrellado' restaurante en Marbella (Málaga) y Dani, en el hotel Four Seasons de Madrid. En ambas ciudades tiene Lobito de Mar y BiBo, con terrazas, pero no abrirán hasta junio. "Se ha estudiado y no salen los números", indican.
Leticia Martín no abrirá la terraza con seis veladores de Estoril (Ciudad Rodrigo), ciudad salmantina en la que vive "del turismo" hasta que "abran fronteras o al menos se permita la movilidad entre provincias". "Prefiero seguir cerrado antes que quedarme mirando al tendido".
"¿Han pensado en los días que haga frío o llueva o haya cualquier inclemencia meteorológica y la gente se quede en casa?. Con este aforo me niego rotundamente a abrir porque para perder dinero no estoy disponible", dice a Efe.
Alberto Reyes está al frente de 4 Estaciones en el casco histórico de Vejer de la Frontera (Cádiz), cuya terraza tiene capacidad para 28 comensales y continuará cerrada.
"Tenerla abierta al 50 % no significa que vayamos a vender el 50 %. Aunque estemos perdiendo dinero, serían mayores las pérdidas abriendo y no vendiendo. Nos planteamos la apertura en la fase 3", cuenta a Efe quien esperará a que se permitan los viajes interprovinciales para abrir Arohaz Hotel&Restaurante, en la pedanía gaditana de Zahora, que vive del turismo.
En Galicia, el Grupo Nove reúne a los mejores cocineros de la región. Iván Domínguez (Nado), Lucía Freitas (Lume), Pepe Solla (La Radio), Roberto Filgueira (O Balado), Pepe Vieira (Pepe Vieira), Álvaro Villasante (Paprica), Miguel Campos (A Gabeira) y Yayo Daporta, con el restaurante que lleva su nombre, tienen terrazas, pero no las abrirán porque no les salen los números, informan a Efe.
Miguel Fanjul es el propietario de La Nozaleda, restaurante ubicado en Bueño, el pueblo con más hórreos de Asturias y no abrirá hasta el 1 de junio, si es posible. "Ahora lo más importante es transmitir confianza y evitar los riesgos, y eso lleva un proceso. Potenciaremos la terraza, antes sólo un espacio para el aperitivo, porque la gente buscará espacios abiertos y que no estén masificados", declara a Efe.
A Dani Reche "la desinformación y la incertidumbre" le han llevado a no abrir este lunes la terraza de Depikofino (Sevilla). "Si alguno de los trabajadores se infecta, ¿el resto de la plantilla tendría que estar en cuarentena y otra vez a cerrar? Sería peor que abrir más tarde, con mayor seguridad", cuenta a Efe.
En cambio, Txitxardin (Lasarte, Guipúzcoa) abrirá este lunes su terraza al 50 % y con dos metros de distancia entre las mesas, "con todas las medidas de seguridad y una revisión de oferta y de horarios", señala a Efe Sergio Humada, a quien la pandemia le pilló con el restaurante recién abierto. Estrenará carta de desayunos y mantendrá la comida a domicilio y para llevar para cuadrar números.
Chola está en Jávea, municipio alicantino que pasa a la fase 1, y las hermanas Cynthia y Yhoana Gavilánez han trabajado duro estos días para acondicionar su patio interior con las normas propuestas por el Basque Culinary Center y Euro-Toques, que contemplan mascarillas para camareros, menos mesas y más espaciadas, hidrogel alcohólico a discreción y nada de mamparas.
Manuel Benavides, de La Tirana (Marbella, Málaga), tenía previsto volver a recibir comensales en su terraza, con 180 sillas, este jueves con las "expectativas mínimas" porque se nutren principalmente del turismo pero la intención de "transmitir positividad".
Ahora tendrá que esperar a que la provincia andaluza pase de fase y continuará con su servicio de comida a domicilio y para llevar, que le permite unos "ingresos mínimos". También lo iba a hacer Almijara Casual Bar (Málaga), que sólo podría ocupar dos mesas, con la idea de "transmitir tranquilidad a la clientela y al vecindario", explicaba a Efe José Andrés Jiménez, quien continuará con sus platos para llevar.
Álvaro Castellanos e Iván Morales son los cocineros y copropietarios del Grupo Arzábal, con varios restaurantes en Madrid. No tenían previsto abrir en esta primera fase, que aún no llega a la comunidad.
"Estamos dando por hecho que vas a llenar y no es una garantía porque a lo mejor el cliente no responde. En el mejor de los casos, llenando al 50 no supone ni un 16 % del total de ingresos en los meses buenos. Así perdemos más dinero abiertos que cerrados", asegura a Efe.
También indica que se corre el riesgo de que "el cliente coja una silla y no se levante" y que el vecindario se oponga a las ampliaciones de terrazas. "Esto tiene que tener cero interpretaciones: marcas en el suelo y normas claras para que no haya quejas. Pero sí habría que aprobar medidas excepcionales, porque la restauración es Marca España".