El alcalde de Torremolinos, Pedro Fernández Montes, acompañado por los párrocos de las iglesias de San Miguel, Guillermo Tejero, y de Cristo Resucitado, Juan Manuel Báez, así como el resto de miembros del Equipo municipal de Gobierno, inauguró en el Palacio de Congresos y Exposiciones la cuarta edición de la "Feria del Dulce de Convento", un evento que, organizado por el propio Ayuntamiento y el Palacio de Congresos, reunió parte de la producción artesanal de la pastelería y la confitería de 44 monasterios y conventos andaluces, agotándose prácticamente las existencias después de cuatro días en los que los numerosísimos visitantes no quisieron dejar pasar la ocasión de degustar los magníficos productos a su alcance.
Tras el corte de la cinta inaugural y la bendición de la Feria, en una breve intervención, el párroco de San Miguel, Guillermo Tejero, destacó el "amor y cariño" volcado por las monjas en la elaboración de los productos ofertados en esta Feria.
La IV Feria del Dulce de Convento ofertó hasta 4.500 kilogramos de diferentes productos pertenecientes a representaciones religiosas de Málaga, Granada, Jaén, Córdoba, Cádiz y Sevilla.
Borrachuelos, mostachones, yemas de San Leandro, corazones del Obispo, huesos de chocolote, alfajores, sultanas, membrillos, trufas, roscos o "encomiendas" fueon algunos de los típicos dulces, no sólo navideños, que formaron parte del catálogo de productos en exposición y venta en esta singular Feria, que abrió sus puertas de 11,00 a 14,00 y de 16,00 a 20,00 horas y que, de acceso totalmente libre, contó para su desarrollo con la colaboración de voluntarios de peñas y asociaciones del municipio, que atienden los distintos stands.
Tanto el Ayuntamiento de Torremolinos como el Palacio de Congresos y Exposiciones, organizador de la muestra, han destacado especialmente el fin social de la Feria, teniendo en cuenta que la recaudación obtenida por la venta de los dulces y postres confeccionados por las religiosas no sólo sirve para el sostenimiento de los gastos diarios de esas órdenes, sino que incide también de forma positiva en el mantenimiento de los conventos y monasterios participantes, en muchos casos de enorme valor histórico-artístico, obligación que, en muchos casos, tienen que soportar exclusivamente los propios colectivos religiosos.
Entre las órdenes e instituciones religiosas representadas en esta Feria estuvieron, entre otros, los conventos de San Andrés, la Encarnación o Santa Clara (de Sevilla); las Carmelitas Descalzas y Santa Catalina de Siena (de Granada); Santa Teresa de Jesús y Santa María de Gracia (de Cádiz); Santa Ana y de San José (de Córdoba); los conventos de la Purísima Concepción y de la Santísima Trinidad (Jaén); y del Santísimo Sacramento de Cañete la Real y del rondeño Corazón Eucarístico de Jesús, en el caso de Málaga.