El día 25 de noviembre se celebra el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Pensé en no publicar este artículo hasta estar más próximo este día, así contribuiría a su celebración, pero después pensé que cualquier día es bueno para concienciar de que hay que luchar para erradicar este mal.
Las hermanas Mirabal, Minerva, Patria y M.ª Teresa, fueron tres dominicanas que se opusieron a la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo en Santo Domingo y por ese motivo fueron asesinadas el 25 de noviembre de 1960. Minerva era una enamorada de la libertad y participó, junto a su esposo, en reuniones clandestinas del Movimiento Revolucionario 14 de Junio, siendo encarcelada varias veces por el Servicio de Inteligencia Militar. Trujillo se sintió atraído por la belleza de esta mujer, pero fue rechazado en diferentes ocasiones, lo que ayudó a su asesinato. Sus hermanas y maridos también eran contrarios al régimen establecido. Un día que las tres volvían de visitar a sus esposos presos, cayeron en una emboscada que el mencionado Servicio de Inteligencia les tendió. Fueron brutalmente golpeadas con palos y otros elementos contundentes hasta causarles la muerte. En su memoria, cada 25 de noviembre se conmemora el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, por resolución oficial de la ONU.
Hace 66 años que se viene conmemorando esta fecha, pero yo me pregunto ¿sirve, está sirviendo para algo? Se siguen cometiendo feminicidios, es decir, asesinatos de mujeres, aunque no todos los asesinatos de mujeres son feminicidios. Cuando se comete un feminicidio, se la asesina por el hecho de ser mujer y por diferentes motivos: por considerarlas como objetos, por celos, por odio, por posesión, por placer, por erotismo. Todavía se siguen cometiendo torturas, esclavitud sexual (prostitución), mulitaciones genitales, violencia física y emocional, violaciones, torturas, acoso sexual en el trabajo, en la calle...heterosexualidad obligada, esterilizaciones, y tanto en situaciones de guerra como en contextos de paz.
Hace unos días, Mahsa Amini, una joven kurda de 22 años, viajaba con su familia dirección a Teherán, cuando tuvo la mala fortuna de encontrarse con la Policía de la Moral de Irán. Esta policía es un escuadrón especial que tiene que cumplir el objetivo de implantar públicamente las regulaciones del hiyab de Irán. Mahsa llevaba el suyo obligatorio , como todas las mujeres, pero un simple e inocente mechón de su pelo quedó al descubierto. Fue arrestada para recibir una supuesta “orientación islámica”, pero esa supuesta orientación se convirtió en una brutal paliza. Después de recibir infinitos golpes en el cuerpo y en la cabeza, entró en coma, varias horas después fue ingresada en el hospital y al cabo de dos días murió. El “pecado” que cometió fue enseñar un simple mechón de pelo. Las mujeres iraníes se convirtieron en símbolo de la rebelión en contra de un sistema de dominación, del maltrato a la mujer y de repulsa contra el sistema teocrático. El resultado, más mujeres muertas en esa rebelión.
Salma Al Shehab fue condenada a 34 años de cárcel por tuitear y conectarse a Internet. Así, un sin fin de violaciones y maltrato contra la mujer.
En 2008, el Secretario General de la ONU puso en marcha la campaña “Unidos para poner fin a la violencia contra las mujeres, apelando al “imperio de la ley” como vehículo para su erradicación. Uno de los objetivos fue el procurar que para el año 2015 todos los países hubieran adoptado leyes propias contra dicha violencia, de acuerdo con las normas internacionales en materia de derechos humanos. Estamos terminando el año 2022, ¿se han cumplido dichos objetivos? ¿se acabará alguna vez la violencia contra las mujeres? Ojalá algún día...