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Mentiras Constitucionales: Unidad y Diversidad de España

Sería muy necesario un referéndum en 2019 para que al menos ese pueblo ¿soberano? aclare bien y sin ningún género de dudas que se le llama España

Publicado: 26/12/2018 ·
10:23
· Actualizado: 26/12/2018 · 10:23
Autor

Rafael Fenoy

Rafael Fenoy se define entrado en años, aunque, a pesar de ello, no deja de estar sorprendido cada día

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En este blog se pretende compartir análisis, reflexión y algo de conocimiento contigo persona lectora

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De los tres conceptos que contiene el título, el más complejo de todos es el último. Definir qué es España resulta fácil para quienes están fuera de ella y bastante difícil para los que viven dentro. La Constitución que, según parece, es la madre del cordero, aunque una multitud de políticos deben ser vegetarianos, recoge en el artículo 1. lo siguiente: 1. España se constituye en un Estado social y democrático de Derecho, que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político.”. Dice, sobre España, que se constituye, pero nada aporta sobre lo que es, de su esencia.   Luego en su punto 2 dice: “La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado.”. Ahora da un salto, desde el Estado social, ¿Qué vaya Vd a saber eso qué es? y utiliza dos conceptos nuevos: a) Nación (que tampoco queda definido) y b) Soberanía (que después de 40 años sólo se quiere para inundar de votos las urnas). Pero de aquello que se preguntaba al comienzo ¿Qué es España?, de momento ¡nada de nada!

Parece que la constitución lejos de ayudar a comprender que es España, utiliza un lenguaje esotérico, que problematiza cualquier comprensión de lo que es España. Parecería que quienes la redactaron pretendían ocultar lo que quizás conocieran o lo que ni siquiera ellos sabían. Influidos por el lenguaje igualmente esotérico de las leyes franquistas denominadas “Leyes fundamentales del reino”, nada menos que en 1967 la ley de Principios del Movimiento Nacional concretaba que “España es una unidad de destino en lo universal”. Tampoco es que clarificara mucho, pero al menos se atrevía a definirla.

Lo de la Unidad lo encontramos en el artículo 2 de la Constitución de 1978 que dice: La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles, y reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas.” Se enuncia una “indisoluble unidad” de una “Nación española”, enfatizando lo de “indivisible” y sin embargo ¿permite al mismo tiempo “fragmentarla”? Y quienes abogan por la fragmentación ¿Dónde se han dejado aquello de la solidaridad?

La unidad de (no se sabe qué) ¿Es el fundamento de la constitución? ¿Una unidad en una pluralidad de nacionalidades? ¿Una nación integrada por nacionalidades y regiones? Para colmo tampoco se define qué diferencia hay entre una nacionalidad y una región.   

¿Cómo es posible definir unidad e igualdad para establecer tales diferencias entre las consideradas partes de la nación? Porque si hay diferencias ¿Cómo es posible la igualdad? Estas indefiniciones, estas esotéricas afirmaciones, están escritas para permitir que 40 años después de ser redactada la Constitución haya permitido y siga permitiendo que unas personas nacidas en ¿España?, piensen que no son españolas, aunque utilicen  los derechos reconocidos a quienes son españoles, para precisamente dejar de serlo.

Sería muy necesario someter a referéndum, el 2019, con una esotérica y cuarentona Constitución, la definición de España para que al menos ese pueblo, que la constitución dice que en él reside la soberanía, aclare bien y sin ningún género de dudas que se le llama España. De paso, alguna cosa más, como lo de la igualdad ante la ley, derechos sociales reales, la pervivencia o no de la monarquía… y otros asuntos de mucho interés.

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