Quedan 55 días contados para que, a las ocho horas cincuenta y cinco minutos de la mañana del día 10 de septiembre, centenares de miles de personas se encuentren convocadas ante las puertas de los centros educativos de enseñanza infantil y primaria, todas con mascarillas, expectantes a lo que ocurra una vez se abran las puertas de los centros. Si alguien sabe que ocurrirá a partir de ese momento que lo diga lo antes posible, porque a estas alturas de la historia, la mismísima Junta de Andalucía plantea ¡
que sea lo que "dios" quiera! Y por ello traslada a las direcciones de los centros toda la responsabilidad de lo que pueda ocurrir, porque en ningún momento está dispuesta a garantizar al 100% la presencialidad con aportación de recursos humanos y materiales adicionales. De paso también implica a la Inspección de Educación que sin capacidad de aplicar recursos de ningún tipo debe realizar
"las acciones necesarias dentro del marco de sus competencias, para el asesoramiento a los centros docentes en relación a la organización y aplicación de las medidas recogidas en la presente instrucción”
Sin embargo la Junta es muy consciente de que se avecina un auténtico problema para las direcciones de los centros y el personal de los mismos. De hecho en las instrucciones ya indica que menos infantil, donde hay flexibilidad para ir incorporándose el alumnado,
"los primeros días lectivos del curso se organizarán actividades globalizadas para la información de entre otros aspectos: Los elementos clave de adaptación del centro en este curso. Las modificaciones, en su caso, a las normas de organización y funcionamiento incluidas en el Plan de Centro. Actuaciones de prevención, vigilancia y seguridad que pudieran establecerse" Y además las direcciones de los centros deberán planificar
"La atención a los aspectos emocionales y sociales, mediante la realización de actividades grupales de acogida y de inicio del nuevo curso"
La Junta de Andalucía tiene claro que con su inacción el alumnado y personal del centro tendrán que relacionarse telemáticamente, quienes puedan ya que un amplio sector de familias no dispone de recursos tecnológicos para medio afrontar un nuevo confinamiento.
Porque el alumnado o tiene a mano un centro educativo o sólo le queda su casa. Añadiendo a esta nefasta ecuación el interrogante de ¿Quién se hace cargo de esos menores? Como la Junta ya da por descontado que no hará nada, para evitar ese confinamiento de la niñez y juventud, en las instrucciones ya prevé que:
"Para aquel alumnado que, por distintas circunstancias, no pueda acceder a los medios telemáticos, si
se produjese e! cambio a modalidad no presencial, se determinarán dos mecanismos de atención para el establecimiento de procedimientos de comunicación: a) En primer lugar, a través de la herramienta PASEN, para asegurar la comunicación (telecomunicación)
con las familias. b) Si
a través de! mecanismo descrito anteriormente no se obtuviesen los resultados esperados, se establecerán mecanismos de comunicación a través de contacto telefónico o correo postal." Quedando claramente establecida la absoluta ignorancia de quienes redactan estas instrucciones ya que ¿Cómo es posible enseñar por teléfono? Da por sentada la Junta de Andalucía que como no todas las familias tienen teléfono, o aún teniéndolo no pueden pagar todos los meses el costo de la línea es posible enseñar por "correos". Cuando el tiempo medio en muchas zonas de Andalucía para recibir una carta es de más de mes y medio.
Ya algunas direcciones de los centros han presentado dimisiones y es más que probable que estas se vayan produciendo en cadena. Por otro lado un sindicato ha convocado huelga el día 18 de septiembre, precisamente para poder salvaguardar el derecho a la salud de todo el personal y alumnado, si los centros no pueden implementar las medidas de seguridad. A 55 días de ese escenario, más que previsible, es urgente dotar de más personal a los centros y adaptar más instalaciones como espacios educativos para garantizar la presencialidad segura del 100% del alumnado y de paso la educación y salud física y mental de los menores y mayores
Fdo Rafael Fenoy Rico